Llevar una vida sana ayuda a reducir el riesgo de padecer demencia. Así lo informa la Organización Mundial de la Salud en su reciente Nota de Prensa, y nos recomienda medidas concretas para reducir el riesgo de padecer demencia o deterioro cognitivo.
El informe subraya que, “si bien la edad es el principal factor conocido de riesgo de sufrir deterioro cognitivo, la demencia no es una consecuencia natural o inevitable del envejecimiento. Varios estudios recientes han revelado una relación entre la aparición de deterioro cognitivo y demencia y factores de riesgo vinculados con el modo de vida, como la inactividad física, el consumo de tabaco, la alimentación poco saludable y el consumo nocivo de alcohol. Ciertos trastornos de salud se asocian con un mayor riesgo de padecer demencia, como la hipertensión, la diabetes, la hipercolesterolemia, la obesidad y la depresión. Otros factores de riesgo en potencia modificables incluyen el aislamiento social y la inactividad cognitiva. La existencia de factores de riesgo potencialmente modificables implica que es posible prevenir la demencia mediante una estrategia de salud pública que incluya la implementación de intervenciones clave que retrasen o desaceleren el deterioro cognitivo y la demencia…”.
Una mirada a la situación nacional
Lamentablemente la información disponible en el sitio Web del MINSA correspondiente a la publicación ASIS del 2018, no hace referencia a la situación de la demencia en el país. Tampoco encontré estadísticas específicas en el sitio del Instituto Nacional de Salud Mental de Panamá, por lo que como ciudadano preocupado hago un respetuoso llamado de atención a nuestras autoridades sobre la necesidad de superar esta falencia, pues nuestra población de personas mayores de 60 años va en aumento y se calcula que entre un 5% y un 8% de la población general de 60 años o más sufre demencia en un determinado momento. Eso significa que entre 25,000 y 40,000 de nuestros ancianos padecerán demencia en algún momento.
Dos antecedentes importantes
- La Organización Mundial de la Salud y Alzheimer’s Disease International, una ONG internacional relacionada oficialmente con la OMS, desarrollaron de manera conjunta el informe Demencia: una prioridad de salud pública. El propósito de ese informe fue crear conciencia sobre la demencia como una prioridad de salud pública, articular un enfoque de salud pública y abogar por que se tomen medidas a nivel nacional e internacional basándose en los principios de evidencia, equidad, inclusión e integración. Los invito a su lectura completa
- En mayo del 2017, la Asamblea Mundial de la Salud respaldó el Plan de acción mundial sobre la respuesta de salud pública a la demencia 2017-2025 e instó a los Estados Miembros a desarrollar cuanto antes respuestas nacionales ambiciosas para afrontar el desafío de la demencia, subrayando que, si bien no hay ningún tratamiento curativo para la demencia, la gestión proactiva de factores de riesgo modificables puede retrasar o frenar la aparición o la progresión de la enfermedad.
Vida sana: Las nuevas directrices de la OMS
En ese contexto, según las nuevas directrices publicadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS), practicar ejercicio físico de forma regular, no fumar, evitar el uso nocivo del alcohol, controlar el peso corporal, seguir una dieta sana y mantener la presión arterial, el azúcar en sangre y el colesterol en niveles adecuados puede reducir el riesgo de padecer demencia.
Estas directrices nuevas de la OMS proporcionan una base de conocimientos a los proveedores de atención sanitaria, los gobiernos, las instancias normativas y otros interesados directos para reducir el riesgo de deterioro cognitivo y demencia mediante una estrategia de salud pública. Como muchos de los factores de riesgo de demencia se vinculan también con enfermedades no transmisibles, se pueden integrar eficazmente recomendaciones clave en programas encaminados a promover el abandono del consumo de tabaco, reducir los riesgos de sufrir enfermedades cardiovasculares y mejorar la nutrición.
Esta noticia nos debe llenar de optimismo y esperanzas renovadas, pues llevar una vida es conveniente desde todo punto de vista, y de acuerdo con la misma OMS, “la demencia es un problema de salud pública en rápido crecimiento que afecta a 50 millones de personas en el mundo. Se producen unos 10 millones de nuevos casos cada año. La demencia es una causa importante de invalidez y dependencia entre las personas mayores. Además, la enfermedad supone una carga económica elevada para toda la sociedad: se calcula que los costos vinculados al cuidado de las personas con demencia alcanzarán los US$ 2,000 millones anuales en 2030”.
Los invito a la lectura completa del documento “Directrices sobre la reducción del riesgo de padecer demencia o deterioro cognitivo”, donde se describen algunios consejos para llavar una vida sana; complementando con la lectura de los materiales disponibles en el sitio Web de la OMS dedicado a enfrentar con éxito este importante problema de salud pública, y a mi publicación previa titulada Trastornos mentales: una mirada regional y nacional.
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