Comparto con ustedes Tres experiencias que nos enseñan como disminuir las muertes y lesiones en las carreteras. Las muertes y lesiones en las carreteras constituyen una crisis de salud pública evitable porque los choques y los traumatismos se pueden prevenir. A pesar de ello, éste es un asunto lejos de resolverse en nuestro país, donde cada año ocurren en promedio 14,000 accidentes de tránsito, dejando un doloroso saldo de 15,000 heridos y más de 400 personas fallecidas. Y eso sin contar que la atención de los heridos en accidentes de tránsito nos cuesta alrededor de 150 millones de balboas anuales.
A pesar de las leyes y reglamentos que tenemos, siguen siendo las principales causas de accidentes, muertes y lesiones en las carreteras: el exceso de velocidad, las distracciones como chatear frente al volante, el estrés cotidiano, manejar bajo los efectos del alcohol, la impericia y el incumplimiento de los reglamentos de tránsito, como el no usar el cinturón de seguridad o, en el caso de los motociclistas, no usar casco.
Las tres experiencias que nos enseñan como disminuir las muertes y lesiones en las carreteras son las de Brasil, México y Uruguay. Esos países hermanos están aplicando medidas para reducir la velocidad, limitar el consumo del alcohol al conducir y obligar a los usuarios de motocicletas a utilizar el casco, a todos los pasajeros de coches a usar el cinturón de seguridad y a transportar a los niños en sillas de retención infantil. Sancionaron leyes y las hicieron cumplir, disminuyendo la mortalidad y los traumatismos en las vías.
Comparto a continuación el resumen que nos ofrece la OPS sobre las tres experiencias que nos enseñan como disminuir las muertes y lesiones en las carreteras.
Tres experiencias para disminuir las muertes y lesiones en las carreteras y calles
Salvador, la ciudad brasileña que redujo más de 50% las muertes en el tránsito
- El programa implementado por Salvador de Bahía rompió́ con las barreras intersectoriales y logró integrar en un mismo comité́ a diferentes instituciones en pro del objetivo común de reducir las muertes y lesiones en el tránsito, sirviendo de modelo para otras ciudades del país. Así, mientras en 2010 se registraron 266 siniestros fatales, en 2017 ocurrieron 121, una disminución del 54%.
- El “Programa Vida no Tránsito de Salvador” destaca por conseguir un trabajo compartido para la evaluación y calificación de datos, incluir la perspectiva de salud en los debates sobre el tránsito, mejorar la infraestructura para proteger a los usuarios más vulnerables, invertir en aplicación de las leyes de control de alcoholemia de conductores e incorporar y desarrollar acciones de educación infantil.
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México: Guanajuato y su compromiso compartido con la seguridad vial
- La experiencia mexicana muestra cómo el sector salud debe y puede tomar el liderazgo y aunar los esfuerzos de todos los sectores, algo que logró salvar un estimado de 10,000 vidas en 5 años. La historia de Guanajuato ejemplifica cómo las políticas impulsadas desde el nivel nacional se tradujeron en medidas e iniciativas concretas a nivel estatal y municipal, llevadas al terreno por equipos humanos entusiastas y comprometidos.
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Uruguay: políticas de seguridad vial reducen la mortalidad en vías de tránsito
- Uruguay enseña los resultados positivos en la reducción de muertes y lesiones en las carreteras a partir de la aprobación y puesta en marcha de una agencia nacional que impulsó legislación nacional que abordó de forma integral los principales factores que afectan la seguridad vial, cómo velocidad y alcohol. También revela que para continuar avanzando hay que enfrentar constantes desafíos como lograr su cumplimiento de las leyes a nivel local y subnacional, especialmente el de aquellas medidas orientadas a proteger a los usuarios más vulnerables de las vías, como los peatones o motociclistas
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Conclusiones
- Aprovechemos las experiencias exitosas para ayudarnos a reducir las muertes y lesiones en las carreteras.
- Por nuestra parte, los panameños tenemos que comprometernos con revertir esta tendencia de sufrimiento y muerte, comenzando por la recuperación de nuestros valores cívicos y morales, y cuando nos subamos a un vehículo o seamos peatones, tomemos conciencia de los factores de riesgo que influyen en la posibilidad de un accidente y en la gravedad de este. Cumplamos con las leyes y normativas de tránsito, y seamos responsables, cuidándonos y protegiendo las vidas de los demás conductores y peatones.
- Por su parte el gobierno debe honrar su compromiso, desarrollar una política real de prevención vial y fortalecer la aplicación efectiva de las intervenciones propuestas en nuestro Plan Nacional para el Decenio de Acción para la Seguridad Vial 2011-2020,el cual lanzamos con bombos y platillos, confirmando nuestro compromiso nacional con el Plan Mundial de Naciones Unidas para el Decenio de Acción para la Seguridad Vial 2011-2020.