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Hay guerra entre las Vacunas COVID-19: pero el balance es positivo para la poblaciónHace un mes manifesté mi sospecha de que existía una guerra entre las vacunas COVID-19, con el propósito de suplir (de forma exclusiva) la demanda por una vacuna efectiva y segura para cerca de 7,000 millones de personas susceptibles de padecer la temida enfermedad; lo cual representaría para la industria farmacéutica entre 31 y 140 billones de dólares, dependiendo del precio de la vacuna que termine dominando el mercado y de la capacidad de compra de los países.

Ya el director de la OMS nos alertó sobre esta posibilidad, al que, “los acuerdos bilaterales, las prohibiciones de exportación, el nacionalismo y la diplomacia de las vacunas están provocando distorsiones en el mercado, con grandes desigualdades en la oferta y la demanda”.

Hoy, ya no me queda duda: hay una guerra entre las casas farmacéuticas de las vacunas COVID-19, pero el balance parece ser positivo para la población, como lo demuestran las noticias que comparto a continuación para actualizar este artículo.

Para comenzar, no dejemos de tener presente la posibilidad (todavía no descartada) de la influencia del mercado y de la geopolítica para crear en redes sociales y otros canales de comunicación, campañas de desinformación a favor de unas o de otras vacunas. Por ejemplo, mientras unos hablan de una mayor frecuencia de parálisis facial o choque anafiláctico en las personas vacunadas con la vacuna de Pfizer y Moderna, otros exaltan la aparición de algunos eventos trombóticos posteriores a la administración de la vacuna de AstraZeneca y recientemente la de Johnson & Johnson. Y ahora comenzará la desinformación en contra de las vacunas producidas por Rusia, China y Cuba.

Buenas noticias en la guerra entre las vacunas COVID-19

Para comenzar, esta semana, Estados Unidos emitió un comunicado diciendo que: “las circunstancias extraordinarias causadas por la pandemia de COVID-19 requerían medidas extraordinarias para responder y que era necesaria la renuncia a las protecciones de propiedad intelectual de las vacunas para ayudar a poner fin a la pandemia. Estados Unidos, continuó el comunicado, participaría en las negociaciones de la Organización Mundial del Comercio para apoyar la renuncia temporal a las protecciones y trabajaría con el sector privado y otros socios para expandir la fabricación y distribución de vacunas”. Por su parte, el director de la OMS manifestó que: “el apoyo de la Casa Blanca a la exención temporal de la propiedad intelectual sobre las vacunas COVID-19 refleja la sabiduría y el liderazgo moral de Estados Unidos para trabajar para poner fin a esta pandemia”.

No hay duda de que esta es una muy buena noticia, sin embargo, no son pocas las voces autorizadas señalando que, “renunciar a las patentes de vacunas no será una panacea”. Bloomberg, por ejemplo, señala que, “El problema es que simplemente permitir que otros fabricantes de medicamentos produzcan vacunas Covid-19 no significa que puedan hacerlo. Incluso si fueran capaces de aplicar ingeniería inversa a las vacunas, lo que es poco probable, especialmente para la tecnología de ARNm más nueva, todavía carecerían del personal, la tecnología especializada, los insumos críticos y las técnicas de fabricación para producir a escala. El verdadero desafío es inducir y permitir que los fabricantes de vacunas como Pfizer Inc., Moderna Inc., Johnson & Johnson y otros amplíen su propia producción o se asocien con otros, otorgando licencias de su tecnología y compartiendo la gama completa de conocimientos técnicos de apoyo”.

El grave problema, es que se van a necesitar cientos de millones de dosis más en los próximos meses, por lo que la OMS ha pedido a los países con dosis de vacunas que están en la Lista de uso de emergencia de la Organización Mundial de la Salud que donen tantas dosis como puedan para ayudar a la OMS a fortalecer la capacidad de respuesta del mecanismo COVAX para entregar vacunas donde más falta hagan. El líder de la agencia de la ONU también se dirigió a los fabricantes de vacunas para que ayuden a garantizar que los países puedan donar rápidamente esas dosis. Como afirma Tedros, “hay muchos países que pueden permitirse donar dosis sin alterar sus propios planes de vacunación”. Aunque reconoce no obstante que compartir dosis es una decisión política difícil y los gobiernos necesitan el apoyo de su gente.

Otra buena noticia es que, la OMS añadió esta semana la vacuna china Sinopharm COVID-19 para uso de emergencia, dando luz verde para que esta vacuna se implemente a nivel mundial. La vacuna Sinopharm es producida por Beijing Bio-Institute of Biological Products Co Ltd, subsidiaria de China National Biotec Group. De acuerdo con la OMS, “la adición de esta vacuna tiene el potencial de acelerar rápidamente el acceso a la vacuna COVID-19 para los países que buscan proteger a los trabajadores de la salud y las poblaciones en riesgo”. Además, la organización “instó al fabricante a participar en la instalación COVAX y contribuir al objetivo de una distribución de vacunas más equitativa”. De acuerdo con el desarrollador de la vacuna, el Instituto de Productos Biológicos de Pekín, la vacuna tiene una efectividad del 79,34% para prevenir que las personas desarrollen la enfermedad. Aunque su costo es mayor que el de las demás vacunas, tiene la gran ventaja de poderse almacenar en un refrigerador estándar a 2-8 grados Celsius, como la vacuna AstraZeneca.

No menos importante son los prometedores resultados de candidatos vacunales cubanos Abdala y Soberana 02, los que han pasado por la fase I y la fase II y en estos momentos se encuentran en la evaluación de la fase III. Reitero que las vacunas cubanas contra la COVID-19 son una opción estratégica muy digna de tomar en cuenta y pueden marcar un punto de inflexión en esta lucha.

Un vistazo a la vacunación en Panamá

Por nuestra parte, desde el 20 de enero hasta el 7 de mayo de 2021, se ha administrado a nivel nacional un total de 758,563 dosis de vacunas, el 70% corresponden a primeras dosis (507,759) y el 30% a segundas dosis (250,804). Además, Según los datos oficiales publicados por Our World in Data, en Panamá registra un 12% de dosis administradas por cada 100 personas, ubicándolo como el tercer país de América con más dosis acumuladas después de México, Estados Unidos y Chile; así mismo, es el octavo país a nivel mundial que registra la mayor proporción de población que ha recibido al menos una dosis de la vacuna, con un 12%. Ver más aquí

Consideraciones finales…

Lo más lamentable de esta posible guerra entre las vacunas COVID-19, es que, como afirma también la OMS, “la falta de suministro y la distribución desigual de vacunas sigue siendo la mayor amenaza para poner fin a la etapa aguda de esta pandemia e impulsar una recuperación mundial. Mientras el virus continúe circulando en cualquier lugar, el comercio y los viajes continuarán interrumpidos y la recuperación económica se retrasará aún más. La transmisión continua también significa más variantes que potencialmente podrían evadir las vacunas, así como una tensión prolongada sobre los propios sistemas de salud y los trabajadores de la salud que nos protegen”.

Este llamado a la acción se puede cumplir apoyando a COVAX y ACT Accelerator para distribuir de manera equitativa vacunas, tratamientos y diagnósticos a nivel mundial, así como a los líderes exigentes y los fabricantes de vacunas que aumentan la producción y la distribución equitativa.

En ese sentido, se me ocurre, por ejemplo, solicitarles a los países ricos, que donen las dosis de vacunas que tengan excedentes luego de vacunar a sus poblaciones. Por ejemplo, la vacuna de AstraZeneca (una de las principales usadas en el mecanismo COVAX) ya que tienen millones de dosis que no está utilizando.

La verdad que debe tocarnos el corazón, como nos recuerda la OMS, es que, “no tenemos suficientes vacunas para vacunar a todos en el mundo. Y, para poner fin a esta fase aguda de esta pandemia, necesitamos tener acceso a las vacunas en todos los países que lleguen a las personas que más las necesitan. Ahora sabemos que algunas personas tienen un mayor riesgo de morir si adquieren este nuevo coronavirus. Y estamos hablando de personas mayores de 65 años y también de personas que tienen comorbilidades, lo que significa que tienen enfermedades asociadas. Así que es muy, muy importante que los países piensen en esto y que las personas también piensen en esto”. ¿Cuál es la mejor situación para el mundo? ¿por qué seguir en esta guerra entre las vacunas COVID-19?

La OMS también subraya que, la “mejor situación para el mundo en este momento es prevenir las muertes entre las personas que tienen un mayor riesgo de morir y proteger los sistemas de salud para que todos los países puedan hacer frente a esta pandemia. Por lo tanto, es extremadamente importante en esta etapa que nos aseguremos de que todos los países del mundo tengan acceso a las vacunas que son seguras y efectivas y que están en el mercado en este momento.” ¡Tenemos la palabra!

 

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