Alcanzar la salud universal será el desafío de nuestros próximos gobiernos. Así lo recomienda el informe “Salud Universal en el Siglo XXI: 40 años de Alma-Ata”, que fue lanzado el día de ayer en México por altas autoridades del país, la Organización Panamericana de la Salud (OPS), Naciones Unidas y los miembros de la Comisión de Alto Nivel convocada por la OPS para preparar este informe. Contiene el posicionamiento de sus miembros en torno a la Atención Primaria de Salud (APS) y la búsqueda de soluciones para hacer efectivo el derecho a la salud y expresa el enfoque utilizado para orientar el debate, el análisis y las recomendaciones sobre cómo garantizar este derecho. Se fundamenta en los reportes elaborados por cinco grupos (de expertos) temáticos: a) modelo de atención de salud, b) modelo institucional, c) modelo de financiamiento, d) salud y protección social y e) recursos humanos de salud, los cuales están disponibles como anexos a este informe.
Este informe guiará el trabajo de la OPS y su cooperación técnica en todos los niveles, así como contribuirá a los preparativos regionales para la Reunión de alto nivel sobre la cobertura universal de salud, que se celebrará en septiembre próximo en la Asamblea General de las Naciones Unidas.
Tiene especial relevancia para nuestro futuro, pues el próximo 5 de mayo tendremos elecciones generales, y los siete candidatos a Presidente de la República han manifestado en diferentes ocasiones su compromiso con “Cumplir en el menor plazo, con el Acceso y la Cobertura Universal en la Salud”. En ese contexto, comparto a continuación un breve resumen del documento, e invito a nuestros candidatos y sus equipos a la lectura completa del informe.
Salud Universal en el Siglo XXI: 40 años de Alma-Ata
El informe “Salud Universal en el Siglo XXI: 40 años de Alma-Ata”, subraya de entrada que “la salud es un derecho humano fundamental, no es un privilegio, ni una mercancía”. Por esa razón considera que “la salud para todas las personas solo podrá alcanzarse si se garantiza el goce efectivo del derecho humano a la salud. Además, destaca la necesidad de transformar los sistemas de salud y crear modelos de atención basados en la atención primaria de salud (APS), que respondan a las necesidades de la población, y con una efectiva asignación de recursos humanos y financieros”. También ofrece un camino de acción en torno a la APS, concebida como una estrategia integral para intervenir en los determinantes sociales, que inciden en la mayoría de los problemas de salud.
Recomendaciones para lograr la salud universal en el siglo XXI
En los últimos años, la región ha logrado avances e implementado reformas en salud. Sin embargo, se estima que el 30% de la población no tiene acceso a la atención que necesita.
“Los desafíos pendientes se acompañan con un nuevo contexto, con nuevas problemáticas que demandan respuestas innovadoras para abordar aspectos políticos, sociales y económicos que determinan las condiciones de salud y la equidad en salud de la población en el contexto del siglo XXI. En la actualidad, los determinantes sociales de la salud incluyen nuevos aspectos socioeconómicos, demográficos y ambientales interrelacionados. La emergencia y consolidación de un modelo económico basado en la globalización y expansión del sector privado, con una creciente mercantilización de las condiciones de vida y una mayor urbanización demográfica tienen como consecuencias el deterioro y la insostenibilidad ambiental y el cambio climático, con reproducción de la desigualdad económica y la exclusión social, y procesos de migración y desplazamiento forzado de la población”.
“Estas nuevas condiciones representan desafíos a la respuesta del Estado para garantizar el derecho a la salud como derecho humano fundamental. El fortalecimiento de los sistemas de salud, integrados en sistemas de protección social con capacidad para influir la determinación social de la salud resultan un imperativo ineludible”.
Para ayudar a los países a avanzar hacia la salud universal en el siglo XXI, en línea con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), la Comisión nos ofrece diez recomendaciones, acompañadas de acciones específicas para cada caso. Comparto a continuación las recomendaciones y reitero la conveniencia de analizar y tomar en consideración las acciones para cada una.
- Asegurar un modelo institucional del Estado que permita cumplir con su responsabilidad ineludible de garantizar el derecho a la salud en el marco de los derechos humanos.
- Desarrollar modelos de atención basados en APS, centrados en las personas y las comunidades considerando la diversidad humana, la interculturalidad y la etnicidad.
- Generar mecanismos de participación social real, profunda, inclusiva y accesible, con perspectiva de diversidad (intercultural y funcional) para garantizar el ejercicio pleno del derecho a la salud.
- Generar mecanismos de regulación y fiscalización del sector privado para alinearlo con el objetivo de garantizar el derecho a la salud.
- Implementar iniciativas para eliminar las barreras de acceso a los servicios de salud y a todas aquellas intervenciones que tienen influencia sobre la salud de la población.
- Abordar los procesos de determinación social a través de intervenciones intersectoriales de salud que promuevan cambios sustantivos sobre las condiciones ambientales, sociales, económicas, de vivienda e infraestructura básica de una población en un territorio.
- Reposicionar la salud pública como un eje orientador de la respuesta del Estado para la transformación de los sistemas de salud.
- Valorar los Recursos Humanos como sujetos protagonistas de la construcción y consolidación de modelos de atención basados en la APS.
- Promover la utilización racional y la innovación de los recursos tecnológicos al servicio de las necesidades de salud de la población.
- Desarrollar un modelo de financiamiento que asegure la suficiencia, la calidad, la equidad, la eficiencia y la sostenibilidad.
Conclusiones
- Como he señalado previamente, reitero que nuestro país tiene las fortalezaspara alcanzar la Salud Universal en el Siglo XXI.
- Como si fuera poco, contamos con una buena cantidad de excelente bibliografía, desde los Acuerdos de la Concertación Nacional para el desarrollo hasta el contenido del Libro Blanco para la transformación del sistema de salud; complementados con el (muy vigente) Plan estratégico con visión de Estado PAN 2030, y los recientes aportes del sector privado contenidos en la Agenda País 2019-2024 (CCIAP) y la Visión País 2050 (APEDE).
- Además, ahí mismo en el edificio del MINSA están las oficinas locales de la Organización Panamericana de la Salud, cuyos profesionales están disponibles y dispuestos a brindarnos la cooperación técnica que estimemos necesaria.
- Antes deberemos vencer la apatía y ejercer nuestro derecho y deber de controlar la gestión pública y acabar de una vez por todas con el clientelismo político que ha facilitado la corrupción impune de los últimos tiempos. No menos importante será desarrollar un modelo económico que promueva el bienestar con igualdad de oportunidades para todos
- La principal oportunidad se nos presenta con las elecciones que se llevarán a cabo dentro de un mes. En ellas los panameños deberemos elegir a los candidatos que hayan demostrado con su trayectoria poseer los elementos obligados de la ética pública, en especial la probidad en el uso de los recursos públicos. No menos importante será que muestren y sustenten planes de gobierno basados en el conocimiento científico disponible, trascendiendo los discursos elaborados con palabras agradables y convincentes que buscan engañarnos.