Cada día somos más los ciudadanos que nos preguntamos ¿cuándo terminará la pandemia de COVID-19?, pero no es una pregunta que tenga una respuesta fácil, salvo que, “todavía no, pero nos estamos acercando”, como lo demuestra el último informe de OMS cuanso señala que: “a nivel mundial, durante la semana del 21 al 27 de febrero de 2022, el número de nuevos casos y muertes por COVID-19 siguió disminuyendo en un 16% y un 10 , respectivamente, en comparación con la semana anterior. Sin embargo, la pandemia no está controlada: “en las seis regiones de la OMS, se informaron más de 10 millones de nuevos casos y más de 60,000 nuevas muertes.
En ese contexto, para darle respuesta a la pregunta de cuándo terminará la pandemia, actualizo esta publicación con un breve resumen de traducción libre del reciente artículo de McKinsey & Company, en el cual señala de entrada que: “después del impacto breve y agudo de Ómicron, la fase pandémica de COVID-19 parece estar terminando para la mayoría de los lugares, a menos que surja una nueva variante importante y grave. Esta actualización analiza lo aprendido sobre Ómicron, las perspectivas para el resto de 2022 y presenta tres posibles criterios para definir la COVID-19 como endémica. Como siempre los invito a la lectura completa del artículo en su idioma original, con más información y gráficas relevantes.
Cuándo terminará la pandemia: tres escenarios
- El escenario más probable que discutimos en la edición de diciembre de 2021 de esta serie de artículos de McKinsey & Company ha demostrado ser en gran medida exacto: Ómicron es más infeccioso que cualquier variante anterior y evade la inmunidad provista tanto por la infección previa como por la vacunación incompleta. Estos factores, combinados con el cambio de comportamiento limitado de las poblaciones cansadas por la pandemia, y los aceleradores de la transmisión, los viajes de vacaciones y las reuniones, significaron que Ómicron se movió entre la población con una velocidad notable. Afortunadamente, la evidencia inicial de que Ómicron es, en promedio, menos grave que Delta también demostró ser correcta. Se evitaron los peores escenarios. La subvariante BA.2 aún más infecciosa de Ómicron puede haber empeorado la ola, pero no ha cambiado sustancialmente esta narrativa hasta la fecha.
- La ola Ómicron nos ha enseñado varias lecciones sobre la efectividad de varias respuestas sociales. Primero, el estado de vacunación actualizado, incluido un refuerzo reciente, demostró ser especialmente importante en la protección contra Ómicron. Los países en los que una parte significativa de las personas en riesgo habían recibido tres dosis de la vacuna, incluida al menos una dosis de la vacuna de ARNm, experimentaron una desvinculación sustancial de las hospitalizaciones de los casos. Esto significó que muchos países europeos tuvieron más casos pero menos hospitalizaciones durante esta ola que antes. Por otro lado, los lugares con una cobertura de vacunación actualizada más baja, incluidas partes de los Estados Unidos, establecieron récords históricos de hospitalización y muertes. Al igual que en oleadas anteriores, los países de ingresos más bajos y aquellos con poblaciones más jóvenes estaban algo protegidos, aunque las desigualdades en el acceso global a las vacunas han significado que pocos hayan recibido tres dosis, y la mayoría aún no ha recibido una sola dosis.
- En segundo lugar, el vínculo entre los casos y los ajustes de comportamiento se rompe en gran medida. Los datos muestran que cada vez más personas han llegado a la conclusión de que los riesgos para la salud del COVID-19 no son lo suficientemente importantes como para cambiar su comportamiento, ya sea por su estado de vacunación, su juventud o el deseo de superar la pandemia.
- Tercero, y en consonancia con esta tendencia, algunos gobiernos han concluido que los costos sociales totales de los confinamientos, las restricciones comerciales o el enmascaramiento superan los beneficios en esta fase de la pandemia. Otros gobiernos, sin embargo, mantienen o fortalecen las políticas de salud pública, incluidos los mandatos de vacunación. Muchos lugares de trabajo siguen siendo relativamente cautelosos en sus políticas, pero las respuestas de salud pública a Ómicron generalmente han sido menos contundentes que las de oleadas anteriores con cargas de enfermedad similares.
En Panamá, desde hace cinco semanas reportamos un claro decrecimiento de los casos reportados semanalmente por 100 mil habitantes, disminuyendo de 1,653.4 la semana que terminó el 22 de enero a 112.4 la semana pasada. No obstante, es importante recalcar que por las mismas cuatro semanas consecutivas realizamos menos pruebas de laboratorio lo que significa que detectamos menos casos y no podemos confiarnos. También esta semana las defunciones mostraron una clara tendencia al descenso, llegando a 1.4 por 100 mil habitantes en la semana pasada.
Cuándo terminará la pandemia: los próximos diez meses
- Las perspectivas para el resto del año y más allá dependen de las preguntas de si surgirán variantes futuras y cuándo. Mientras Ómicron siga siendo la variante dominante, hay motivos para un optimismo relativo. Nuestro análisis de escenario sugiere que es probable que las hospitalizaciones relacionadas con Ómicron continúen disminuyendo en los Estados Unidos (y agrego: en Panamá) y permanezcan en niveles relativamente bajos durante la primavera y el verano. Entonces podríamos esperar ver una ola de enfermedad impulsada por la estacionalidad el próximo otoño e invierno, pero las hospitalizaciones probablemente alcanzarían un pico muy por debajo del nivel de la ola que acabamos de experimentar.
- El escenario predeterminado, en el que Ómicron sigue siendo la variante dominante, representa una continuación de la transición hacia el manejo de COVID-19 como una enfermedad endémica que ya está en marcha en muchos lugares. Con Ómicron como la variante dominante, la fase pandémica se sentirá como si hubiera terminado para más y más personas, aunque ciertamente no para todas.
- Como siempre, diferentes partes del mundo experimentarán la próxima fase de manera diferente. Los países con altos índices de inmunidad actual y un consumo generalizado de refuerzo estarán mejor protegidos. La demografía de la edad seguirá siendo un factor de riesgo importante. La dinámica de la estacionalidad puede causar diferencias entre los hemisferios norte y sur. Y la política gubernamental sigue siendo importante; en particular, los pocos países restantes con estrategias de cero COVID-19 también pueden experimentar los próximos meses de manera diferente, ya que eligen continuar o relajar sus políticas fronterizas.
En nuestro país, como se evidencia en la siguiente gráfica, las hospitalizaciones mantienen una clara disminución desde hace dos meses.
Conclusión
Por nuestra parte, considero que los panameños estamos en el camino de controlar la epidemia de COVID-19 en el país. Hemos asignado los recursos financieros necesarios para mantener un amplio y efectivo programa de vacunación, como lo evidencia el hecho de que desde enero de 2021 que empezó la Operación PanavaC-19 hasta el viernes 25 de febrero, se habían aplicado un total de 7,600,197 dosis de vacunas contra la Covid-19. De ese total, 3,345,019 corresponden a primera dosis; 2,932,865 segundas dosis; 1,310,455 con dosis de refuerzo. Por otro lado, la mayoría de la población está cumpliendo con sus responsabilidades ciudadanas.
Para saber cuando terminará la pandemia, es una pregunta muy compleja, dependerá de que tanto conozcamos realmente este virus, uno de los retos más grandes reside en su mutagénesis, de eso depende las vacunas, la organización de los programas sanitarios, el comportamiento de la población y las medidas de control, el desafío cambiar los paradigmas epidemiologicos y de salud pública, harto esta que los modelos actuales son inoperantes.
Se requieren nuevos conocimientos de salud pública, especialmente de la vigilancia epidemiológica sobre otras potenciales pandemias, de no aprehender de esta estamos condenados a sufrir nuevamente, como decía un amigo común Santiago Almeida, debemos ir adelante de las epidemias.
Adelantemos los estudios de potenciales virus, reservorios ambientales, la invasión del hombre en áreas silvestres. Mejorar la enseñanza sobre la nueva salud pública, debemos salir de esta epidemia fortalecidos en conocimientos clínicos, en nuevos programas, planes, legislación y sobre todo nuevas políticas, crear nuevos paradigmas.
Una aproximación a manera de respuesta sobre “Cuándo terminará la pandemia…”
Gracias por tu comentario Carlos. Es el complemento que hacía falta!