Actualizo esta entrada sobre el nuevo contrato con Minera Panamá, para invitarlos a visitar la plataforma de participación ciudadana Agora. Allí, los interesados en participar, encontrarán los términos específicos del contrato y podrán emitir su opinión. Lamentablemente nuestras opiniones _ contraviniendo el Artículo 2 de nuestra Constitución Política _ no serán vinculantes, por lo que no podemos esperar ningún cambio al acuerdo minero si alguien llegara a mostrar su inconformidad con los consensos alcanzados. La fecha límite para hacer llegar nuestros comentarios, es el 22 abril de 2023.
Recordemos que según el ministro del MICI, este nuevo contrato con Minera Panamá “conserva los términos que ambas partes acordaron en enero de 2022, brindando así importantes beneficios económicos, fiscales, ambientales, laborales y sociales para el pueblo panameño, al tiempo que crea las condiciones necesarias para que Minera Panamá continúe sus operaciones en un entorno de inversión justo y equitativo”. Es probable que así sea, pero hubiera esperado que este gobierno democrático hubiese cumplido con el mandato constitucional y llevar el Nuevo contrato a un plebiscito para nuestra aprobación.
En todo caso _ por ser muy pertientes al análisis _ mantengo a continuación las reflexiones que expresé en mi columna de opinión en La Estrella de Panamá. Las considero razonables a la luz de la información y la experiencia que se tiene disponible sobre este asunto de la minería metálica a cielo abierto.
Contrato con Minera Panamá
La verdad que suena muy esperanzador y obliga a felicitar a nuestros negociadores por el trabajo realizado, pero los panameños debemos exigirle al gobierno que garantice los espacios idóneos para el análisis y la auditoria social vinculante, a fin de que no se tome ninguna decisión definitiva sin antes someter a nuestro escrutinio y aprobación los posibles acuerdos.
Lo anterior no es un juego de palabras con el propósito de hacerle daño a un proyecto que, según el gobierno, es necesario para el cofinanciamiento de nuestro desarrollo integral. Lo que exigimos es que, el mecanismo que se proponga para la participación ciudadana sea lo suficientemente claro y amigable, para que no se quede nadie sin emitir su opinión sobre las condiciones indispensables para que lo ratifiquemos.
En ese sentido yo me pregunto si la propuesta de una “plataforma digital abierta por 30 días para acceder a la información sobre el contrato con Minera Panamá” será suficiente y garantizará la participación de una muestra representativa de la ciudadanía. En todo caso, además “darnos por enterados”, los panameños queremos opinar sobre lo acordado, conocer los resultados de nuestra participación y vigilar que se cumpla con nuestras expectativas, tanto en las decisiones del Consejo de Gabinete como en el fallo final que emita la Asamblea nacional. A fin de cuentas, esa es la esencia de la Democracia.
Yo he leído los doce detalles importantes que detalló el ministro en su conferencia de prensa _ los cuales debieron ser parte del contrato de Ley en 1997 y esa falencia obliga a una explicación _ y no puedo negar que me llenaron de expectativas y optimismo, pero, con todo el respeto que se merece el funcionario, tenemos el derecho y el deber de verificar en el contrato con Minera Panamá la existencia y garantía de cumplimiento de esos supuestos beneficios.
En ese contexto, no obstante el sentimiento triunfalista y la promesa de un futuro mejor gracias a la minería; es obligatorio comenzar nuestro análisis reconociendo la abundancia de información que demuestra que, “la minería metálica a cielo abierto produce daños irreversibles en el medio ambiente debido a la utilización de explosivos a cielo abierto para remover grandes volúmenes de roca donde se encuentra el mineral de interés, y lo más grave, el uso de tóxicos, que tiene consecuencias negativas sobre la salud de las poblaciones aledañas a las explotaciones. Por eso, está prohibida en muchos lugares del mundo.
Como si lo anterior fuera poco, también es conocido que nuestro país registra aguaceros torrenciales durante casi todo el año, dada su ubicación en la zona tropical, por lo que la minería a cielo abierto _ según muchos científicos _ “no es apta para nuestro clima y afectaría irreversiblemente parte del Corredor Biológico Mesoamericano, impactando con sus químicos tres importantes cuencas hidrográficas: río Petaquilla, río Caimito y río San Juan”.
A pesar de la información disponible, los defensores de la minería metálica a cielo abierto en Panamá y otras latitudes afirman que, la minería bien administrada no causará mayor impacto ambiental, ni afectará la salud de trabajadores, indígenas, campesinos y población en general. No me sorprende esta declaración, pues estamos hablando de una empresa que —luego de una inversión importante que hay que recuperar— genera billonarios dividendos año tras año. Adicionalmente, puede llegar a representar para el país el 1% del PIB, y es un empleador importante, que genera miles de empleos directos e indirectos, con beneficios colaterales a cientos de proveedores panameños que brindan sus bienes y servicios.
Si al final, luego del análisis irrefutable de los daños futuros _ que no podremos reparar _ los panameños decidimos sacrificar un trozo de nuestro territorio, y disfrutar en el corto y mediano plazo de las regalías que ofrece este nuevo contrato con Minera Panamá. Estimadas entre el 12% al 16% en función de la ganancia bruta de la empresa, más el correspondiente pago de impuestos sobre la renta y sobre los ingresos; no bajemos la guardia.
No olvidemos que lo escrito _ las regalías la salvaguarda de la salud ambiental y humana _ es solo una promesa. Por eso, aunque suene muy seductor, como señaló el ministro en su conferencia, debemos ser exigentes de la existencia de garantías claras para que se cumpla la promesa y ejercer nuestro derecho de controlar socialmente la gestión del contrato con Minera Panamá, y el gobierno.
Para finalizar subrayo que, si la empresa no nos garantiza esas condiciones, o falla en su cumplimiento, sobre todo en lo relativo al plan de cierre que asegure la reparación del daño ecológico, estaríamos obligados a declararnos libres de minería metálica a cielo abierto a fin de proteger el medio ambiente, la salud y la vida, y buscar alternativas para el desarrollo integral para todos en todo el territorio.
¿Qué puedes encontrar en la Plataforma de participación ciudadana Agora?