La cifra de embarazo en adolescentes en Panamá, se mantiene estable, sumándose a las miles que al finalizar el año 2019, habrán sufrido esta experiencia que no les corresponde por ser todavía casi niñas, producto de un inicio de su vida sexual en forma no planificada y desprotegida. También al término del año, decenas de nuestras jovencitas habrán adquirido además el VIH, y algunas, aunque muy pocas, es posible que fallezcan por causas del embarazo y el parto.
También sabemos que las adolescentes embarazadas, iniciarán una penosa trayectoria cargada de situaciones que vulneran sus derechos; en muchos casos serán apartadas y discriminadas en sus lugares de estudio; se insertarán en el mercado de trabajo en condiciones precarias, pues los comportamientos tradicionales de unión y embarazo temprano reducen las posibilidades de movilidad social. Además, la muy probable ausencia de la pareja masculina, ya sea otro joven igualmente desprotegido que elude la responsabilidad paterna, o un adulto que se aprovecha de las circunstancias, agrava e incide directamente en la situación de pobreza de las madres adolescentes y sus hijas o hijos. Esta situación intensifica la desprotección de los menores ya nacidos frente a la pobreza y cronifica los retrasos en el desarrollo infantil temprano de las/os niñas/os que son fruto de una maternidad impuesta.
En ese contexto consideré obligatorio retomar al tema del embarazo en adolescentes en Panamá, compartiendo en esta ocasión el magnífico reportaje del diario La Prensa, titulado “Persiste escalada de embarazos en jóvenes” (en cursivas), compartiendo al final algunas consideraciones de mi autoría. Antes de entrar en materia felicito el compromiso y esfuerzo de la periodista Aleida Samaniego, autora de la publicación.
Embarazo en adolescentes en Panamá: cifras oficiales del MINSA
- Al menos 10 mil niñas y adolescentes de entre 10 y 19 años ingresan cada año a las instalaciones del Ministerio de Salud (MINSA) a control prenatal, una cifra que representa el 30% del total de embarazos reportados anualmente en el país.
- En el 2018 hubo 10 mil 440 embarazos de niñas y adolescentes sometidos a control, es decir, 528 casos más que los contabilizados en 2017, cuando la cifra ascendió a 9 mil 912. Estas cifras no incluyen los reportes de la Caja de Seguro Social ni de las clínicas privadas.
- Al sumar los embarazos de niñas y adolescentes de entre 10 y 19 años de edad desde 2014 y hasta el año pasado, la cifra de casos asciende a 53 mil 361, o un promedio de 10 mil 672 al año.
- La comarca Ngäbe Buglé (1,872), San Miguelito (1,752) y Chiriquí (1,584) son las áreas del país con mayor incidencia de embarazos.
Embarazo en adolescentes en Panamá: información del INEC
De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadísticas y Censo, los nacimientos vivos de madres menores de 19 años, llegaron a más de 70,000 en el período entre los años 2013-2017. De estos 3,000 correspondieron a niñas menores de 15 años. No menos importante es destacar que durante 2017 (informe más reciente del INEC) el 45% de los hombres que embarazaron a las niñas y adolescentes eran mayores de edad, lo que supone una violación que debe ser penalizada. Por otro lado, en el 40% de los casos no se especifica la edad, lo que puede estar ocultando una mayoría de edad. En todo caso, solo el 15% fueron hombres adolescentes, lo cual tampoco debió ocurrir.
Aunque la gráfica muestra una ligera tendencia al descenso, ¡no es suficiente!, pues si no hacemos nada, durante el 2019 tendremos 13,000 adolescentes embarazadas, de las cuales 400 no habrán cumplido los quince años.
Además, también sabemos que, en Panamá, como consecuencia del inicio sexual sin protección ni conocimientos suficientes, los casos de VIH y SIDA en la población adolescente se incrementan cada año, acercándose al 8% de la totalidad. Y algunas, aunque muy pocas, es posible que fallezcan por causas del embarazo y el parto, pues como informa el Estado Mundial de la Población “las probabilidades de que las adolescentes de entre 15 y 19 años mueran debido al embarazo o el parto son dos veces superiores que aquellas mayores de 20 años”. De hecho, en nuestro país, alrededor del 20% de las muertes maternas, ocurren en madres menores de 19 años. Como si esto fuera poco, también sabemos que el embarazo adolescente es una causa recurrente en la reproducción y feminización del círculo de la pobreza.
Embarazo en adolescentes: un problema social que crece y no hacemos lo suficiente
- Desde 2008, la educación sexual ha sido objeto tres veces de una intensa controversia en el país, a partir de la presentación ante la Asamblea Nacional de distintos proyectos de ley que buscaban adoptar políticas públicas inherentes al tema.
- En 2008, un proyecto propuesto por el MINSA fue rechazado, porque grupos religiosos y de la sociedad civil alegaron que incitaba a la juventud al libertinaje.
- Tres años después, en 2011, se interpuso una nueva iniciativa, pero tampoco avanzó.
- En agosto de 2014 se presentó en la Asamblea Nacional el proyecto de ley 61, que busca adoptar políticas públicas de educación integral, atención y promoción de la salud, pero no ha avanzado.
- Miembros de la Coalición Panameña por la Educación Integral en Sexualidad, la Alianza Panameña por la Vida y la Familia y la Asociación Panameña para el Planeamiento de la Familia lamentan que la propuesta no se aprobara, pues se logró un consenso tras una serie de reuniones y cambios a la iniciativa legislativa.
- Con este escenario, en la Asamblea Nacional todavía espera por aprobación el proyecto de ley 61, que busca adoptar políticas públicas de educación integral, atención y promoción de la salud.
- La iniciativa legislativa fue aprobada en primer debate en abril de 2017 en la Comisión de Educación Integral, Atención y Promoción de la Salud y recomendada al pleno de la Asamblea Nacional para su discusión y aprobación en segundo debate, pero hasta la fecha no ha sido retomada.
Embarazo en adolescentes: opiniones autorizadas
- Sobre el polémico tema de educación sexual, el papa Francisco expresó durante su visita al país en enero pasado –para la celebración de la Jornada Mundial (JMJ)– que “el sexo es un don de Dios. No es el ‘cuco’ (un monstruo con el que asustar). Es el don de Dios para amar. Que algunos lo usen para ganar plata o explotar a otros, es otro problema. Pero hay que dar educación sexual, objetiva, tal y como es”. El pontífice apoyó que se imparta educación sexual en las escuelas, pero la instrucción debe quedar libre de “colonizaciones ideológicas”.
- También añadió que es importante elegir bien los maestros que se escojan para enseñar este tema y que “lo ideal es que [la educación sexual] empiece en casa”, aunque a veces no es posible porque las familias no saben cómo afrontarla y la “escuela tiene que suplirla”.
- Según la socióloga y miembro de la Coalición Panameña por la Educación Integral en Sexualidad Rubiela Sánchez, las iniciativas legislativas no han prosperado, porque las autoridades gobiernan con base en sus prejuicios y creencias, y no con una visión de Estado basada en derechos humanos.
- Sostuvo que espera que el próximo gobierno reanude la discusión, aunque admitió que el panorama no está muy claro y toca a la sociedad civil seguir insistiendo para que se originen cambios en las políticas públicas. “No debemos agotarnos, porque la que sufre es la población más vulnerable”, opinó.
- En tanto, el presidente de la Alianza Panameña por la Vida y la Familia, Juan Francisco de la Guardia, llegó a la conclusión de que no hay interés en esta legislación. De hecho, afirmó que miembros de la sociedad civil efectuaron mejoras a la propuesta inicial para lograr una educación sexual objetiva, efectiva y sin ideología, pero todo quedó allí. A su juicio, las cifras de embarazos en niñas y adolescentes son preocupantes,
- Por su parte, Rossana Uribe, presidenta de la Asociación Panameña para el Planeamiento de la Familia (APLAFA), manifestó que el próximo gobierno tendrá la crucial labor de modernizar el sistema educativo, ya que, aunque el proyecto de ley no ha sido aprobado, desde ya se podría ir introduciendo el tema en el pensum académico, como lo tiene la mayoría de las escuelas privadas. “Aquí, los últimos siempre son los estudiantes de las escuelas públicas, los más desfavorecidos”, dijo. Cifras de APLAFA indican que de 2014 a 2018 un total de 2 mil 667 niñas y adolescentes de entre 10 y 19 años de edad acudieron a control de obstetricia en las siete clínicas que tiene la asociación en el país.
- En esta circunstancia, la Coordinación Nacional de la Niñez y Adolescencia del MINSA afirma que trabaja permanentemente en los programas de atención integral a la población. En el caso específico de niñas y adolescentes, dijo que impulsa el Programa de Atención Integral de Adolescentes. De acuerdo con la entidad, desde 2012 reforzó la estrategia de servicios de salud a los jóvenes y la orientó hacia las habilidades para la vida, con énfasis en metodologías de participación para la prevención de embarazos y de VIH/sida.
Conclusión
Como he señalado en varias publicaciones, el embarazo en adolescentes en Panamá es un problema que no hemos abordado de la mejor manera. Nuestra sociedad no supera el debate sobre la “educación sexual” versus “la educación en sexualidad” que necesitamos y la situación del embarazo en adolescentes no varía. Unos afirman que “no se necesita una ley” para abordar el tema, apoyándose muchos en la religión, como si se tratara de un asunto religioso, pero no hay información que indique que una adolescente creyente evite las relaciones sexuales precoces y sin protección. Otros señalan la urgencia de la educación sexual apoyada en un marco legal renovado. Ambos grupos se mantienen “atrincherados en sus posiciones”, sin lograr el consenso necesario. Olvidamos que de lo que se trata es de ofrecer a nuestras adolescentes la información y el apoyo necesario para que sepan cuidarse, defenderse y tomar las mejores decisiones…
No ha sido suficiente para evitar el embarazo en adolescentes en Panamá, el invocar valores como la familia, el amor, la educación, la fidelidad y la paternidad responsable, en los cuales, dicho sea de paso, todos creemos. Preguntémonos: ¿por qué nuestros adolescentes no se cuidan?, ¿acaso no saben que el sexo sin protección tiene consecuencias negativas?, ¿serán las presiones grupales?, ¿estarán confundidos por tantos mensajes?, ¿cómo estará su autoestima?, ¿estamos fallando los padres?, ¿Qué tenemos que hacer?, Esto no puede continuar pues cada día que pasa aumentan las posibilidades de embarazo y sufrimiento para nuestras adolescentes.
Para abordar con éxito la situación de embarazo en adolescentes en Panamá, hay que estar dispuestos a abrirnos al debate respetuoso, superando las murallas ideológicas, religiosas, políticas y “ponernos en los zapatos” de los adolescentes. No debemos optar por suprimir libertades, esgrimiendo cada uno sus argumentos personales. “Nuestra sociedad debe ofrecer herramientas a la población adolescente y juvenil para que sepa manejarse con éxito en este mundo de libertades”.
Comparto su opinión. Su invitación al debate es fundamental. Necesitamos respetar el derecho de las personas menores de edad a participar en los asuntos que les afectan, no hay forma de conocer lo que piensan y darle respuestas a sus interrogantes cuyas respuestas son el primer paso para iniciar el camino a la solución de este grave problema. atentamente Rosaria Correa
Gracias por su comentario. Estoy de acuerdo con usted!
Hola, muchas gracias por el articulo.
Estoy interesada en acceder a las estadísticas/información reciente del INEC pero el link que usted provee en el articulo esta roto y no logro encontrarla a traves de la pagina del INEC.
Gracias por cualquier ayuda.
Buenas noches, gracias por la lectura. Mañana reviso y corrijo el problema con el “link”.
Buenos días, ya está corregida. La información del INEC está en: https://www.inec.gob.pa/publicaciones/Default2.aspx?ID_CATEGORIA=3&ID_SUBCATEGORIA=6