Comparto algunos argumentos para explicar la disminución de los casos de COVID-19. Para eso me apoyaré en un breve resumen de traducción libre del excelente artículo de la revista “TheAtlantic.com” (cuya lectura completa recomiendo) en la cual, refiriéndose a la población estadounidense, pero aplicable a nosotros en su mayoría, se proponen cuatro motivos fundamentales: el distanciamiento social, la estacionalidad, seroprevalencia y las vacunas.
De acuerdo con el autor, el buen comportamiento de los estadounidenses en el último mes se ha asociado con (principalmente) un clima cálido en todo el hemisferio norte para frenar el crecimiento de la pandemia; Al mismo tiempo, la inmunidad parcial y las vacunas han reducido la cantidad de cuerpos viables que permitirían prosperar al coronavirus. Pero la historia completa es un poco más compleja. Veamos los argumentos que nos ofrece el autor para explicarse la razón de la disminución de casos de COVID-19.
El autor comienza destacando que, hace un mes, los CDC publicaron los resultados de más de 20 modelos de pronóstico de pandemias. La mayoría proyectó que los casos de COVID-19 continuarían creciendo hasta febrero, o al menos se estabilizarían. En cambio, COVID-19 está en retirada en Estados Unidos. Los nuevos casos diarios se han desplomado y las hospitalizaciones han bajado casi un 50 por ciento en el último mes. Esto no es un artefacto de pruebas poco frecuentes, ya que la proporción de pruebas diarias regionales que dan positivo ha disminuido incluso más que la cantidad de casos. Algunas estadísticas sobre pandemias son confusas, pero la disminución actual de COVID-19 es muy clara. Veamos las cuatro razones propuestas para tal disminución
Disminución de lops casos de COVID-19 y comportamiento de la población.
De acuerdo con Ali Mokdad, profesor de salud global en la Universidad de Washington, en Seattle, “si clasificara las explicaciones de la disminución de COVID-19, el comportamiento sería el número uno“, “Si miras los datos de movilidad la semana posterior al Día de Acción de Gracias y Navidad, la actividad se redujo“.
La misma aseveración es válida para nuestro país, en el cual reportamos una de las cifras más bajas de casos activos de la Covid-19 desde que comenzó la pandemia, atribuible en buena medida a la forma en que la sociedad en general ha brindado su aporte en esta lucha.
La lección, de acuerdo al autor del reportaje en The Atlantic, “es no dejar que las buenas noticias de hoy vuelvan a convertirse en malas noticias de mañana. Hasta que gran parte de la población esté vacunada, no interprete la disminución de casos como una luz verde para reanudar su comportamiento prepandémico”. En ese contexto, agrego que, debemos celebrar con alegría el logro colectivo, pero no dejemos que el entusiasmo por la llegada de las vacunas nos distraiga de mantenernos, aquí y ahora, enfocados en impedir un nuevo desbordamiento de casos y defunciones.
Estacionalidad y disminución de los casos de COVID-19
La publicación señala que, el comportamiento no puede explicarlo todo. El uso de mascarillas, el distanciamiento social y otros hábitos de mitigación de virus varían entre estados y países. Pero COVID-19 está en retroceso en América del Norte y Europa. Desde el 1 de enero, los casos diarios han bajado un 70 por ciento en el Reino Unido, un 50 por ciento en Canadá y un 30 por ciento en Portugal.
Esto plantea la posibilidad de que el SARS-CoV-2, el virus que causa el COVID-19, sea estacional. El año pasado, un meta estudio de coronavirus como el SARS-CoV-2 encontró que típicamente alcanzan su punto máximo en el hemisferio norte durante el invierno, siendo los meses pico más comunes enero y febrero. “La aparente estacionalidad de los coronavirus humanos en todo el mundo sugiere que este fenómeno podría aprovecharse para producir una mejor comprensión de la transmisión de COVID-19”.
El artículo también señala que, la noción de estacionalidad es obvia y misteriosa. Sabemos que muchos virus respiratorios son menos virulentos en el verano, se aceleran en los últimos meses del año calendario y luego retroceden a medida que los días se alargan después de diciembre. Pero como dijo el epidemiólogo de Harvard Michael Mina a la revista New York, “No apreciamos ni entendemos completamente por qué funciona la estacionalidad”. Aunque, esto de la estacionalidad no es muy aplicable a nosotros, pero no podemos negar que, desde hace un mes, coincidiendo con la disminución de los casos, aquí llegó el verano, con su brisa cálida.
En todo caso, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha manifestado que las estaciones anuales no parecen influir en el desarrollo de la pandemia de coronavirus, como sucede con la gripe, y advirtió sobre el riesgo de creerse protegido durante el verano.
Inmunidad parcial: ¿El virus se está quedando sin población susceptible?
El coronavirus necesita personas susceptibles para sobrevivir y replicarse, y ahora tiene acceso a menos huéspedes bienvenidos. Entre el 15 y el 30 por ciento de los adultos estadounidenses ya se han infectado con COVID-19, según estimaciones de los CDC. Dado que las personas que se recuperan del COVID-19 generalmente desarrollan una protección inmunológica duradera durante muchos meses (al menos), la cantidad de anticuerpos que se arremolinan alrededor de la población de, puede restringir naturalmente el camino hacia adelante del coronavirus original.
Aunque no tenemos la información oficial (exacta) sobre el porcentaje de panameños que se han infectado desde que inició la epidemia, es muy probable que andemos cercanos al 15%, y será mayor entre los trabajadores de primera línea y esenciales, y las personas que viven en hogares multigeneracionales hacinados. También podría incluir a personas que tenían más probabilidades de contraer el virus debido a su estilo de vida y valores.
Vacunas: Las inyecciones funcionan.
Los casos de COVID-19 comenzaron a caer hace poco más de un mes, cuando nadie en el país había sido vacunado. Así que las vacunas probablemente no nos ayuden a entender por qué comenzó la caída, pero la información que se conoce sobre sus efectos, nos permite predecir que una vez se alcancen los porcentajes de cobertura necesarios, comenzaremos a ver los efectos beneficiosos.
De acuerdo con el autor, las vacunas, especialmente las vacunas de ARNm sintético de Pfizer-BioNTech y Moderna, son muy eficaces para prevenir infecciones. Pero prevenir la infección no es todo lo que hacen. Entre los infectados, también reducen la enfermedad sintomática. Y entre aquellos con síntomas, reducen la hospitalización a largo plazo y la muerte a algo así como cero. Las investigaciones indican que algunas vacunas, como la de AstraZeneca, pierden su eficacia en presencia de variantes del coronavirus, pero otras, como la de Pfizer, parecen brindar una protección potente. Es necesario realizar más investigaciones para decir algo con certeza sobre cómo protegen las vacunas contra enfermedades graves causada por las nuevas cepas más contagiosas.
Gracias y felicitaciones por más este artículo, querido Jorge!
Gracias querido amigo
Muy bueno….nos da una idea del porque de la disminución de la pandemia en otros países y en el nuestro…cada día vamos aprendiendo más del comportamiento del sars-cov 19
Gracias Horacio, un abrazo fraterno!