Comparto con ustedes un breve resumen de las diez buenas noticias sobre la pandemia de COVID-19, basado en la publicación que nos ofrece el prestigioso profesor y científico Ignacio López-Goñi en su Blog personal microBIO.
El autor comienza recordándonos que, hace un año escribió un artículo titulado del mismo modo “Diez buenas noticias sobre el coronavirus”. En aquel entonces, su objetivo fue mostrar que la ciencia, el conocimiento y la cooperación son fundamentales para luchar contra la pandemia. Hoy, un año después, nos dice que, “aunque no sabemos qué ocurrirá en los próximos meses y las nuevas variantes genéticas son motivo de incertidumbre, el mensaje es el mismo: los avances de la ciencia nos animan a ser optimistas y a ver la botella medio llena”.
Estoy de acuerdo con los planteamiento del autor, y celebro la disminución sostenida de casos y defunciones que reportamos en el país desde hace ya más de un mes. Pero subrayo la necesidad de no bajar la guardia y cumplir cada uno con su parte mantener el efectivo control de la epidemia de COVID-19 en el país. Dicho eso, vayamos sin más dilación al resumen del artículo de López-Goñi, al cual añado algunos comentarios propios, y los invito a su lectura completa aquí.
Buenas noticias sobre la pandemia de COVID-19
Abundan muy buenos artículos sobre SARS-CoV-2 y COVID-19.
Para comenzar, el autor pone de relieve que, “hace un año nos asombrábamos que en poco más de un mes desde que se notificaron los primeros casos ya había más de 164 artículos científicos en PubMed sobre el nuevo virus y la enfermedad. Ahora esa cifra se ha multiplicado por más de 600. Existen registrados más de 4,800 estudios en curso sobre tratamientos y vacunas”.
Debo admitir que en Panamá hemos producido pocas investigaciones sobre la COVID-19 y debemos redoblar el esfuerzo, y eso comienza con la asignación de los recursos financieros suficientes. Tenemos los recursos humanos y el deseo de hacer en, al menos tres instituciones: el Instituto Conmemorativo Gorgas, la Secretaría Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación, y el Instituto de Investigaciones Científicas Avanzadas y Servicios de Alta Tecnología, amén de una buena cantidad de universidades públicas y privadas
Hay más de 200 nuevas vacunas.
Por otro lado, nos informa que, “según el portal bioRENDER son más 195 candidatos, al menos 71 ya en ensayos clínicos, empleando todo tipo de tecnologías: virus vivos atenuados, virus inactivados, subunidades de proteínas, vectores virales recombinantes, partículas similares a virus (VLP), DNA, RNAm, etc”. Subraya que, “jamás se había invertido tanto dinero y había habido tanta colaboración para el desarrollo de vacunas entre entidades públicas, privadas, centros de investigación, universidades, farmacéuticas, empresas, ONGs”. Nos recuerda que ya muchas vacunas están autorizadas, o pronto lo estarán por la OMS, y, “al menos otras 20 vacunas están ya en ensayos clínicos de fase III y en los próximas semanas/meses podrán ser aprobadas, si los resultados son satisfactorios”.
Los panameños estamos desarrollando un intenso plan nacional de vacunación contra el COVID-19, que contempla la adquisición y distribución, para comenzar, de dos tipos de vacunas (Pfizer y AstraZeneca) con el objetivo de brindar cobertura oportuna a 3,088,134 de panameños, que representa el 72% de la población.
Las vacunas de RNAm son muy seguras.
Sobre la posibilidad de la anafilaxis como uno de los posibles efectos graves de las vacunas, el autor pone de relieve que, “se han analizado datos del primer mes de vacunación en EE.UU., donde se han administrado más de 17,5 millones de dosis (exactamente 9.943.247 de la vacuna de Pfizer/BioNTech y 7.581.429 de la de Moderna). El Sistema para Reportar Reacciones Adversas a las Vacunas (VAERS, por sus siglas en inglés) ha registrado solo 66 casos de anafilaxia (47 con la vacuna de Pfizer/BioNTech y 19 con la de Moderna). Esto supone menos de 4 casos por millón de dosis o 0,0003% de todas las dosis analizadas. Veintiuno (el 32%) de esos 66 casos había tenido casos previos de anafilaxia por otros motivos. No se ha detectado ningún fallecimiento”.
La conclusión más importante de estos estudios, es que, “si se compara con el número de casos de COVID-19, las secuelas que deja la enfermedad y el número de fallecimientos, el beneficio que suponen las vacunas supera enormemente los posibles efectos adversos, y permite afirmar que, de momento, las vacunas de RNAm son muy seguras”. Agrego yo que, una de esas, la de Pfizer/BioNTech, es la que estamos aplicando en este momento en Panamá.
Las vacunas contra el SARS-CoV-2 son efectivas.
Para referirse a la efectividad de las vacunas, el autor echa mano de los datos sobre la vacunación en Israel y en la comunidad autónoma de Asturias en España. Sobre Israel nos recuerda que, “Israel es el país que mayor población tiene ya vacunada. A principio de febrero, más de 3,67 millones de israelíes había recibido la primera dosis de la vacuna de RNAm de Pfizer/BioNTech, desde que comenzó la campaña en Diciembre. Esto representaba cerca del 40% de la población del país. Más del 28% había recibido además la segunda dosis. Entre los mayores de 60, más del 80% había sido vacunados. Los datos preliminares muestran que la vacunación está siendo efectiva. El número de infecciones está disminuyendo de forma significativa, especialmente entre las personas mayores de 60. En este grupo de edad, ha habido un 56% menos de infecciones y un 42% menos de hospitalizaciones y un 35% menos de fallecimientos por COVID-19 después de la segunda dosis. Los resultados con las dos dosis son excelentes: de los 523.000 israelíes vacunados con dos dosis solo hay 544 casos de COVID-19, tan solo 4 casos de COVID-19 grave y cero fallecimientos. Estos datos confirman los obtenidos en los ensayos clínicos previos”. Ver gráficas en la publicación original
Por su parte, en Asturias “el pasado día 15 de febrero se había sobrepasado la cifra de 2.000 personas fallecidas por COVID-19 desde el inicio de la pandemia. Entre ellas, había una gran proporción de personas con domicilio en residencias de mayores, donde el impacto ha sido muy considerable. Sin embargo, en estos momentos la situación comienza a estar relativamente controlada gracias a los esfuerzos vacunales dirigidos específicamente a las personas residentes y trabajadores que los atienden. El efecto de la vacuna queda de manifiesto al comparar la mortalidad entre personas mayores con domicilio en residencias (casi todas vacunadas) en las que desciende bruscamente y el número de fallecidos en personas con domicilio fuera de ellas (no vacunadas) entre las que aumenta considerablemente”.
Como si lo anterior fuera poco, nos informa que, “se acaban de publicar los resultados de un estudio preliminar en Inglaterra en el que demuestran que la vacuna de RNAm de Pfizer/BioNTech es efectiva para prevenir la infección en adultos sintomáticos y asintomáticos, incluso contra la variante “británica” B1.1.7”.
La confianza en las vacunas aumenta.
Apoyándose en los resultados de una encuesta a 13.500 personas de quince países de Europa, Asia y Australia entre noviembre del 2020 y enero de 2021, el autor concluye que, “después de más de 160 millones de dosis de vacunas frente a la COVID-19 administradas, la confianza de la población en las vacunas va en aumento. por ejemplo, se ha realizado una encuesta en el mes de noviembre, antes de que los países comenzaran a aprobar las vacunas, solo cerca del 40% de los encuestados se pondrían la vacuna contra la COVID-19 y más del 50% estaban preocupados por los posibles efectos secundarios. Para el mes de enero, más de la mitad se pondrían la vacuna y el número de personas preocupadas por los efectos secundarios había disminuido ligeramente”.
La respuesta inmune frente al virus dura al menos ocho meses.
“Los test serológicos que miden anticuerpos frente al SARS-CoV-2 no reflejan todo el potencial, la duración y la memoria de la respuesta inmune frente al virus. Conocer cuánto dura la respuesta inmune frente al virus es fundamental para determinar la protección frente a las reinfecciones, la gravedad de la enfermedad y la eficacia vacunal. Se ha comprobado que, aunque hay cierta heterogeneidad en la respuesta según cada individuo, en la mayoría de las personas en las que se ha analizado mantienen una robusta respuesta inmune humoral (anticuerpos) y celular (linfocitos T), de hasta 6-8 meses después de la infección, independientemente de que sean leves o graves”.
Nuevos tratamientos frente a los casos más graves causados por el SARS-CoV-2.
“Aunque no dispongamos de momento, de un antiviral específico que inhiba el virus, hay combinaciones de tratamientos que mejoran mucho el pronóstico y reducen la mortalidad de los casos más graves: antivirales, antiinflamatorios, anticoagulantes, corticoides, inhibidores de la tormenta de citoquinas, anticuerpos monoclonales…. Existen más de 400 ensayos clínicos en curso en los que se están probando distintos tratamientos y combinaciones. Por ejemplo, según el ensayo clínico internacional Recovery, la combinación de tocilizumab (un anticuerpo monoclonal dirigido contra el receptor de la interleukina-6, aprobado para el tratamiento de la artritis reumatoide) y la dexametasona (un potente glucocorticoide sintético que actúa como antiinflamatorio e inmunosupresor), puede reducir a casi la mitad las muertes en los pacientes más graves con COVID-19. Por otra parte, el tratamiento preventivo con anticoagulantes en pacientes con COVID-19 hospitalizados, se asocia con un 30% menos de mortalidad a 30 días, y sin efectos adversos de sangrado”.
No hay gripe.
“Existía una seria preocupación sobre cómo se iba a comportar el solapamiento de SARS-CoV-2 con otros patógenos respiratorios frecuentes en los meses de invierno. No se podía descartar una situación de “tormenta perfecta” en la que coincidieran SARS-CoV-2 con otros virus, como el de la gripe o el respiratorio sincitial, que causan bronquiolitis y neumonías y son responsables de frecuentes hospitalizaciones y muertes en determinados sectores de la población más vulnerable”.
“La buena noticia es que esta temporada la gripe y otros virus respiratorios han desaparecido, tanto en los meses de junio-agosto en el hemisferio sur como ahora en el hemisferio norte. No podemos descartar que esto pueda suponer quizá un problema el año que viene (las temporadas en las que la gripe causa mayor mortalidad suelen estar precedidas de temporadas más benignas), pero este año ha supuesto un verdadero alivio a los sistemas sanitarios”.
Podemos seguir la evolución del SARS-CoV-2 a tiempo real.
El autor señala que, “hoy tenemos la capacidad de seguir la evolución a tiempo real del virus y la aparición de nuevas variantes genéticas. Hay ya más de 260.000 secuencias del genoma de SARS-CoV-2 disponibles en las bases de datos. Esas secuencias provienen de otros tantos aislamientos obtenidos de muestras humanas desde febrero del año pasado hasta el momento actual”. No obstante, hace un llamado a no olvidar que, “el efecto que puedan tener las nuevas variantes genéticas del SARS-CoV-2 en la vacunación y en el transcurso de la pandemia es una incertidumbre. Debido a que los cambios genéticos pueden tener un potencial efecto en cómo se comporte el virus, su análisis y seguimiento es fundamental”.
Sobre este tema, subraya que, “el análisis de las secuencias del SARS-CoV-2 no tiene precedentes, en la base de datos GISAID (Global Initiative on Sharing Avian Influenza Data) son más de 580,000 datos de secuencias compartidas. Es la primera vez que se está siguiente a tiempo real la evolución de un virus pandémico”.
La pandemia a nivel mundial decrece.
Para terminar, el Dr. López-Goñi afirma que, “no sabemos cómo se desarrollará la pandemia en los próximos meses. Dada la intensidad que ha tenido hasta ahora es probable que haya nuevas olas, pero quizá de menor intensidad. No sabemos cómo será una posible cuarta ola, ni el efecto que puedan tener las nuevas variantes genéticas que van apareciendo, pero la buena noticia es que a nivel global la pandemia en este momento decrece”. Agregando que, “quizás sea un combinación de varios factores: el virus se comporta de forma estacional, la población va adquiriendo cierta inmunidad de grupo por infección natural o por las vacunas, quizá el virus en ese proceso natural de variación y mutación va derivando a formas menos virulentas y se va adatando a su nuevo huésped. No lo sabemos a ciencia cierta, pero de momento sigue habiendo motivo para la esperanza”.
Una mirada al último informe de la OMS
Para finalizar este esperanzador recuento de buenas noticias sobre la pandemia de COVID-19, comparto la más reciente gráfica que nos ofrece la OMS en su informe correspondiente al día 16 de febrero de 2021.
De acuerdo con la OMS, el número de casos nuevos notificados a nivel mundial ha seguido disminuyendo, con 2.7 millones de casos nuevos la semana pasada, una disminución del 16% sobre 500 000 casos nuevos menos en comparación con la semana anterior. El número de nuevas muertes notificadas también disminuyó, con 81,000 nuevas muertes notificadas la semana pasada, una disminución del 10% en comparación con la semana anterior. Un total de cinco de las seis regiones de la OMS notificaron una disminución porcentual de dos dígitos en los casos nuevos, y solo la Región del Mediterráneo Oriental mostró un aumento del 7%. Europa y América continúan registrando las mayores caídas en números absolutos de casos. Mientras tanto, el número de nuevas muertes disminuyó en todas las regiones.
En la última semana, los cinco países que notificaron el mayor número de casos nuevos siguen siendo los Estados Unidos de América (673,630 casos, una disminución del 23%), Brasil (318,290 casos, una disminución del 3%), Francia (127,565 casos, una disminución del 6%), la Federación de Rusia (104,602 casos, una disminución del 11%) y el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte (97,271 casos, una disminución del 27%).
Gracias y felicitaciones por más esta versión de tu Blog, estimado Jorge.
Con mis saludos cordiales, Cesar
Gracias amigo!