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Asuntos pendientes para nuestra salud y bienestar

Los invito a reflexionar sobre los asuntos pendientes para nuestra salud y bienestar. A partir del contenido de mi columna de opinión en La Estrella de Panamá, enriquecida con más detalles, antecedentes y vínculos (links que considero de de lectura obligatoria) para ampliar la reflexión. Pido disculpas anticipadas por si me quedé corto y les agradezco que me lo hagan saber en la sección de comentarios de este blog para el beneficio de todos los lectores.

Deben ser un referente obligado para nuestras actuales autoridades, aspirantes a puestos de elección y sociedad en general a fin de darle el merecido seguimiento ejerciendo un efectivo control social de la gestión de las autoridades.

Asuntos pendientes para nuestra salud y bienestar

Agenda de Salud Sostenible para las Américas 2018-2030

Hace cinco años los Ministros y Secretarios de Salud de los países de la Región de las Américas, entre ellos Panamá, aprobaron por unanimidad la Agenda de Salud Sostenible para las Américas 2018-2030 (ASSA2030) como el instrumento estratégico de política que proveerá direccionalidad y visión política para el desarrollo de la salud en la Región durante los próximos trece años, subrayando el compromiso de avanzar hacia la cobertura y el acceso a la salud universal en la región de las Américas; eliminar enfermedades transmisibles y reducir la mortalidad por enfermedades no transmisibles; eran las principales prioridades de la OPS. La Agenda propone 11 objetivos para alcanzar el grado más alto posible de salud con equidad y bienestar. Estamos en deuda con todos. En mayor o menor grado siguen siendo asuntos pendientes para nuestra salud y bienestar, y tenemos que redoblar el esfuerzo en los próximos siete años.

Desafíos para nuestro sistema de salud: ¿qué señalaba en el 2020?

Dos años después de aquella declaración de la OPS, era evidente que no habíamos avanzado nada, y subrayo lo de nada, porque no son suficientes las declaraciones, promesas y documentos escritos. Aquí No existía el acceso universal a servicios de calidad y calidez para todos en todos los lugares, la población seguía enfermando y falleciendo de enfermedades no transmisibles, amén de las enfermedades infecciosas y parasitarias. En ese contexto, aprovechando que estábamos iniciando esperanzados un nuevo gobierno, escribí en este blog los que consideraba desafíos para nuestro sistema de salud a partir del 2020.

En aquel artículo señalé de entrada que, “el desafío de nuestro sistema público de salud para el 2020 sería garantizar a todos los panameños en todo el territorio nacional ese completo estado de bienestar físico, mental y social que significa gozar de buena salud. Para eso debería ser capaz de proporcionar la atención integral que responderá a las necesidades de las personas en todos los niveles, en forma oportuna y gratuita, con calidad y calidez, a la vez que promoviera y facilitara nuestra participación y compromiso en el cuidado de nuestra salud, para que ningún panameño de cualquier edad fallezca porque el sistema no fue capaz de prevenir su enfermedad, promover su salud y atenderlo como necesitaba”.

Subrayaba que, para el cumplimiento de ese gran desafío, las autoridades de salud contaban con las suficientes fortalezas _ incluidos recursos humanos, físicos, financieros _ y deberían aprovechar las oportunidades que les brindaba el respaldo político manifiesto de nuestro nuevo Presidente de la República para superar sus debilidades. Recuerdo que hice énfasis especial en las relacionadas con la fragmentación y segmentación de nuestro sistema de salud; la necesidad de fortalecer la Rectoría del Minsa para el ejercicio efectivo de las funciones esenciales de salud pública y, no menos importante; el fortalecimiento de la capacidad gerencial y administrativa de nuestra CSS para rescatar nuestro fondo de pensiones y garantizar una atención oportuna y de calidad en la principal red de servicios de salud que tenemos.

Desafíos actuales para el sistema de salud: principales asuntos pendientes para nuestra salud y bienestar 

Hoy, luego de cinco años, mantenemos, con algunos avances, los mismos asuntos pendientes para nuestra salud y bienestar, por lo que reitero la invitación a la lectura de mi artículo previo titulado Desafíos del sistema público de salud para el 2022, pues los asuntos pendientes para nuestra salud y bienestar siguen siendo los mismos. Además, aunque estamos saliendo de la pandemia, esa lucha no ha terminado, y debemos mantener el esfuerzo. En especial la garantía de compra y distribución oportuna y expedita de la vacuna contra el virus.

Sin embargo, es la hora de aprovechar este respiro epidemiológico que nos ha dado nuestro esfuerzo colectivo, y retomar aquellos desafíos, tanto nuestro gobernantes en los próximos 16 meses de gestión, como los aspirantes a puestos de elección, quienes deberán enfrentarlos a partir de julio de 2024. Veamos los que considero de mayor relevancia.

En ese contexto, a riesgo de quedarme corto, considero como los principales asuntos pendientes para nuestra salud y bienestar los siguientes:

  • Avanzar en la transformación pendiente, garantizando la coordinación y ojala integración entre nuestras dos instituciones públicas, superando la segmentación y fragmentación de nuestro sistema de salud.
  • De igual importancia será desmontar el modelo de salud que ha priorizado la construcción de costosas edificaciones para tratar enfermos, abandonándose la Atención Primaria de Salud, ya no digamos el abordaje intersectorial de los determinantes sociales, comerciales y ambientales de la salud; lo cual se refleja en nuestras principales causas de enfermedad, incapacidad y defunciones.
  • Prevención y control de las enfermedades no transmisibles: aplicando las estrategias que propone la hoja de ruta para la Prevención y el Control de las Enfermedades No Transmisibles (ENT), aprobada en la 75.ª Asamblea Mundial de la Salud. Debe ser una prioridad del gobierno, empresarios, sociedad y aspirantes a cargos de elección popular, pues como sabemos las enfermedades no transmisibles constituyen la principal causa de muerte en nuestro país, ocasionando cada año más de 14 mil defunciones, y ninguno de los gobiernos que hemos tenido en ese período, con algunas excepciones muy esporádicas, a pesar de existir las suficientes evidencias y compromisos internacionales, se puso a trabajar en serio por el modelo de atención necesario para promover la salud y la vida, evitar los factores de riesgo asociados, prevenir y tratar oportunamente estas enfermedades.
  • Renovar y fortalecer la Promoción de la salud para que refleje las realidades contemporáneas de nuestro país, contribuya a lograr una mejor equidad en la salud y apoye al logro de los Objetivos de desarrollo sostenible, ya tiene su respaldo oficial, en la “Estrategia y plan de acción sobre la promoción de la salud en el contexto de los Objetivos de Desarrollo Sostenible 2019-2030”.
  • Especial mención merece la garantía de acceso equitativo a los medicamentos de calidad y a precios justos que necesita la población.
  • No menos importante es el asunto de rescatar nuestro fondo de pensiones. Todo está escrito y sabemos qué hay que hacer. No pueden seguir nuestros gobernantes pasándose la pelota irresponsablemente.
  • De suma importancia será la renovación y el fortalecimiento de la estrategia de comunicación social que favorezca la participación real de la población en el diseño, implementación y seguimiento de la propuesta de transformación del sistema de salud.
  • Finalmente, es obligatorio poner de relieve los Acuerdos sobre salud del Pacto Bicentenario, producto del esfuerzo de más de 200 mil panameños de todas nuestras provincias y comarcas, quienes esperan que sus aportes y recomendaciones se conviertan en políticas y programas que integren acciones en salud, sociales y económicas; que permitan alcanzar la necesaria transformación del sistema de salud.

Es la hora de trabajar con ahínco para el bien del país, proteger logros, cerrar brechas y lograr los avances en los asuntos pendientes para nuestra salud y bienestar. Nuestras autoridades _ con el efectivo control social por parte de nuestra población _ deberán aprovechar las fortalezas y oportunidades para superar todos los desafíos. La protección de los logros que se alcancen, deberá ser una prioridad en las agendas políticas de los aspirantes a gobernarnos durante el próximo quinquenio.

 

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