Vienen los Carnavales, después carnavalito, la Cuaresma, y la Semana Santa y si no hacemos lo suficiente se repetirá la historia de todos los años y perderemos muchos compatriotas en las carreteras producto de la inseguridad vial y los accidentes de tránsito asociados. Sí, ya sé que sobre este tema he escrito muchas veces y a los más críticos les parecerá un disco rayado. Pero no es así. Este tema necesita ponerse de relieve las veces que sea necesario hasta que no se nos muera nadie en las carreteras porque muchos siguen conduciendo en forma desconsiderada y desordenada; a velocidad excesiva, bajo los efectos del alcohol; chateando e incumpliendo los reglamentos del tránsito; sin utilizar el cinturón de seguridad o el casco si van en una moto.
Ese comportamiento de muchos conductores es la causa de que cada año, de acuerdo al Instituto Nacional de Estadística y Censo ocurran más de 16,000 accidentes; cerca de 15,000 personas salgan heridas y más de 400 fallezcan en las vías; con el sufrimiento y pérdidas económicas que esta situación conlleva. A propósito de las fiestas que se aproximan, el INEC también nos informa que el año pasado el 35% (141 personas) de las muertes por accidentes de tránsito ocurrieron durante los meses de febrero, marzo y abril.
¿Qué se puede hacer para prevenir las lesiones por accidentes de tránsito?
De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud, “las lesiones por accidentes de tránsito son evitables. Los gobiernos deben adoptar medidas para abordar la inseguridad vial de manera holística. Esto requiere la participación de múltiples sectores, tales como los de transporte, policía, salud y educación, y medidas dirigidas a mejorar la seguridad de las carreteras, los vehículos y los usuarios. Las intervenciones eficaces incluyen el diseño de infraestructura más segura y la incorporación de elementos de seguridad vial en la planificación del uso de la tierra y el transporte; el mejoramiento de los dispositivos de seguridad en los vehículos y de la atención a las víctimas de accidentes de tránsito; el establecimiento y la aplicación de normas relativas a los principales riesgos; y el aumento de la concienciación pública”
En ese contexto, el año 2017, la OMS publicó Salve VIDAS–Paquete de medidas técnicas sobre seguridad vial. Se trata de una reseña de medidas basadas en pruebas científicas que pueden fortalecer la seguridad vial y reducir significativamente el número de defunciones y lesiones por accidentes de tránsito. Eso sí, tengamos bien presente que “las circunstancias concretas de la implementación de las políticas de seguridad vial varían de un país a otro, al igual que la capacidad de los gobiernos locales y los decisores de los distintos países para diseñar y ejecutar medidas de seguridad vial. Este paquete técnico no es una solución de validez universal sino una guía para orientar el proceso de toma de decisiones sobre respuestas normativas en materia de seguridad vial con miras a alcanzar las metas 3.6 y 11.2 de los ODS. En consecuencia, no se puede ejecutar Salve VIDAS sin tener en cuenta el contexto de políticas y la capacidad a escala nacional y local…”
Es vital que leamos todo el documento, pero veamos a continuación un resumen de los componentes e intervenciones prioritarias, y cumplamos con ellas para “salvar vidas”.
Control de la Velocidad
El exceso de velocidad es uno de los principales factores de riesgo de lesiones causadas por el tránsito, e influye tanto sobre el riesgo de accidente como sobre sus consecuencias. Cuanto mayor es la velocidad media de la circulación, mayor es también la probabilidad de que se produzcan accidentes. Por ejemplo, un aumento de 1 km/h en la velocidad media de los vehículos conlleva un aumento del 3% en la incidencia de accidentes con resultado de lesiones, y un incremento del 4% o 5% en la incidencia de accidentes mortales. Cuanto mayor es la velocidad, mayor es la distancia de detención que se necesita, y por tanto mayor el riesgo de que se produzcan accidentes de tránsito. Tal como se muestra en la figura siguiente, si se circula a una velocidad de 80 km/h por una vía seca, se necesitan cerca de 22 metros (la distancia que se recorre durante un tiempo de reacción de 1 segundo aproximadamente) para reaccionar ante cualquier incidente que se produzca, y un total de 57 metros para detenerse completamente. Los hombres jóvenes son más propensos al exceso de velocidad, aunque hay otros factores que influyen, como el alcohol, la configuración de la vía, la densidad del tránsito y las condiciones meteorológicas.
- Promulgar y hacer cumplir leyes que establezcan límites de velocidad a escala nacional, local y urbana.
- Construir vías que moderen el tránsito o modificarlas con ese fin, por ejemplo mediante rotondas, embudos y bandas sonoras.
- Exigir a los fabricantes de automóviles que introduzcan nuevas tecnologías, como sistemas de adaptación inteligente de la velocidad, para ayudar a los conductores a respetar los límites de velocidad
Liderazgo en Seguridad Vial
Es vital para el éxito contar con un liderazgo responsable y transparente a escala nacional, estatal, provincial y urbana.
Algunas soluciones
- Crear un organismo que lidere la seguridad vial
- Elaborar y financiar una estrategia de seguridad vial
- Evaluar el impacto de las estrategias de seguridad vial
- Realizar un seguimiento de la seguridad vial mediante un fortalecimiento de los sistemas de datos
- Incrementar el conocimiento y el apoyo del público a través de programas de educación y campañas
Diseño y mejora de las infraestructuras
Introducir mejoras en el 10% de vías de mayor riesgo de cada país a lo largo de 20 años puede prevenir millones de defunciones y traumatismos graves.
Algunas soluciones
- Proporcionar infraestructuras seguras para todos los usuarios de las vías de tránsito, por ejemplo aceras, pasos peatonales seguros, refugios, puentes peatonales y pasos subterráneos
- Abrir carriles para bicicletas y motocicletas
- Aumentar la seguridad de los bordes de las vías de tránsito mediante zonas libres de obstáculos, estructuras abatibles o barreras
- Diseñar intersecciones más seguras
- Separar las vías de acceso de las vías de paso
- Dar prioridad a las personas mediante la creación de zonas libres de vehículos
- Restringir el tránsito y la velocidad en zonas residenciales, comerciales y escolares Crear rutas mejores y más seguras para el transporte público
Normas de seguridad de los vehículos
Si se aplicaran las reglamentaciones básicas de la ONU sobre vehículos en varios países clave de América Latina se podrían evitar más de 440,000 defunciones y traumatismos graves, y ahorrar hasta US$143 000 millones de aquí a 2030.
Algunas soluciones
- Promulgar y hacer cumplir normas de seguridad sobre los vehículos de motor, en relación con:
- los cinturones de seguridad;
- los anclajes de los cinturones de seguridad;
- la colisión frontal;
- la colisión lateral; el control electrónico de estabilidad;
- la protección de los peatones; y
- los sistemas de retención infantil ISOFIX
- Promulgar y hacer cumplir reglamentos sobre sistemas antibloqueo de la frenada y luces de circulación diurnas para las motocicletas
Vigilancia del cumplimiento de las leyes de tránsito
Una vigilancia firme y sostenida del cumplimiento de las leyes de tránsito, acompañada por actividades de educación pública, tiene efectos positivos sobre el comportamiento de los usuarios de las vías y contribuye de este modo a salvar potencialmente millones de vidas.
Algunas soluciones
- Promulgar y hacer cumplir leyes a escala nacional, local y urbana sobre:
- la conducción bajo los efectos del alcohol;
- el casco para los motociclistas; los cinturones de seguridad; y
- los sistemas de retención infantil
Supervivencia tras un accidente
Si los países de ingresos bajos y medios tuvieran las mismas tasas de letalidad derivada de traumatismos graves que los países de ingresos altos, se podrían evitar cada año 500,000 defunciones causadas por el tránsito.
Algunas soluciones
- Crear sistemas organizados e integrados de atención de emergencia prehospitalaria y en centros de salud
- Proporcionar formación en atención básica de emergencia a los equipos de respuesta a los accidentes
- Promover la formación de los grupos de respuesta inicial de la comunidad
Para finalizar comparto la conclusión que nos ofrece la OMS en el valioso documento “SALVE VIDAS”
“Los datos científicos sobre la incidencia de los traumatismos causados por el tránsito, los factores de riesgo y las intervenciones eficaces para prevenirlos están razonablemente bien documentados y son de fácil acceso. Igual que ocurre en otras esferas de política, sin embargo, dicho conocimiento no puede propiciar por sí solo un cambio en la situación de la seguridad vial; el auténtico reto consiste en encontrar el modo de convertir esos conocimientos en soluciones sostenibles en diferentes contextos. Los datos probatorios que se aportan en el paquete de medidas técnicas de Salve VIDAS son esenciales, igual que lo es la inclusión de metas de seguridad vial y seguridad en el transporte en los Objetivos de Desarrollo Sostenible, pero lo que verdaderamente importa es saber aprovechar las oportunidades y responder a los desafíos que se presentan en los diferentes contextos normativos. Los usuarios de este paquete de medidas deben reflexionar, por tanto, sobre cuál es el mejor modo de actuar y adoptar medidas prácticas que repercutan en una mejora de la seguridad vial y de la situación del transporte a escala local, nacional, regional e internacional.
Los cambios en la esfera de la seguridad vial, al igual que en otras esferas de política, toman la forma en general de un proceso progresivo e iterativo que requiere constantemente la introducción de mejoras e innovaciones en las soluciones que se resumen en el presente paquete de medidas técnicas. Si Salve VIDAS aspira a ser algo más que un documento como tantos otros sobre seguridad vial, es preciso que sus usuarios comprendan que la mejora de las políticas de seguridad vial no es una cuestión que pueda resolverse de una sola vez, sino que es el horizonte de una acción colectiva a largo plazo. Comprenderlo significa tomar la metas de los Objetivos de Desarrollo Sostenible como el inicio de un viaje hacia un cambio en las políticas de seguridad vial, un viaje que debe hacer su propio recorrido a escala tanto nacional como local”.