El impacto del cambio climático en la salud es claramente definido en el documento “Salud, medio ambiente y cambio climático”, el cual fue discutido la semana pasada durante la 142ª reunión del Consejo Ejecutivo de la Organización Mundial de la Salud y subraya el impacto del medio ambiente y cambio climático en la salud. Será la base para la Resolución correspondiente que con seguridad será aprobada por los países en próxima Asamblea Mundial de la Salud, convirtiéndose en mandato para la OMS y en compromiso para Panamá y todos los países miembros de la OMS. Es un tema de especial relevancia para Panamá, por lo que comparto en esta entrega los principales elementos del material discutido y sus implicaciones para nuestro país.
De acuerdo a la OMS, los factores de riesgo ambientales conocidos y evitables provocan al menos 13 millones de muertes al año y aproximadamente un cuarto de la carga mundial de morbilidad. De especial preocupación es el hecho de que más de una cuarta parte de las defunciones de niños menores de cinco años son consecuencia de la contaminación ambiental. Cada año, las condiciones insalubres del entorno, tales como la contaminación del aire, la exposición al humo de tabaco ajeno, la insalubridad del agua, la falta de saneamiento e higiene, causan la muerte de 1,7 millones de niños menores de cinco años.
Por otro lado el Cambio climático ejerce gran influencia negativa en los determinantes sociales y medioambientales de la salud. “Según se prevé, entre 2030 y 2050 el cambio climático causará unas 250.000 defunciones adicionales cada año, debido a la malnutrición, el paludismo, la diarrea y el estrés calórico. Se estima que el coste de los daños directos para la salud (es decir, excluyendo los costes en los sectores determinantes para la salud, como la agricultura y el agua y el saneamiento) se sitúa entre 2,000 y 4,000 millones de dólares de aquí al 2030. Las zonas con malas infraestructuras sanitarias serán las menos capacitadas para prepararse ante esos cambios y responder a ellos si no reciben ayuda. La reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero mediante mejoras del transporte y de las elecciones en materia de alimentos y uso de la energía pueden traducirse en mejoras de la salud, en particular a través de la reducción de la contaminación atmosférica”.
Para abordar el impacto del medio ambiente y cambio climático en la salud, la OMS promueve un enfoque que fomenta la integración de la salud en todas las políticas, como la inclusión de la salud en las reglamentaciones y salvaguardas ambientales y laborales, la evaluación de las repercusiones sanitarias de los proyectos de desarrollo y el examen de varias cuestiones de salud ambiental en un único entorno, comunidad o sistema. Hay numerosos ejemplos de prácticas óptimas o idóneas, pero lamentablemente estos enfoques integrados no se aplican universalmente y rara vez se centran en los determinantes ambientales y sociales «de curso alto» (como un consumo de recursos más sostenible y equitativo, la estabilización climática y la protección de los servicios que prestan la biodiversidad y los ecosistemas), que a su vez conducen a la exposición a condiciones peligrosas para la salud.
En ese contexto la delegación de Panamá en la reunión del Consejo Ejecutivo 142 manifestó que: “El abordaje de los determinantes de la salud no es responsabilidad única del sector salud. Por lo tanto es preciso adoptar un enfoque de la salud pública más amplio desde una perspectiva intersectorial e interinstitucional con participación de la sociedad civil. Para lograr esto en Panamá se requiere un compromiso político del sector salud así como de otros sectores, para lograr un abordaje integral de los determinantes ambientales, climáticos y sociales de la salud…” agregando que “con la sanción de la Ley 8 del 25 de marzo de 2015, el Estado Panameño aborda el mayor problema ambiental global contemporáneo indicando el diseño y ejecución quinquenal de una Estrategia Nacional de Cambio Climático, que reduzca los impactos adversos de este fenómeno en los sectores de la economía, haciendo especial énfasis en la población y los ecosistemas más vulnerables”.
El desarrollo de este “enfoque de la salud pública más amplio”, deberá incorporar la resolución de una combinación de problemas ambientales y sanitarios nuevos y pendientes desde hace tiempo. Estos problemas abarcan desde la falta de acceso universal a servicios de salud, energías domésticas limpias, agua potable y saneamiento hasta las consecuencias del desarrollo insostenible, como la contaminación del aire, el agua y el suelo y la ex-posición a productos químicos peligrosos y las exposiciones combinadas más complejas y crónicas en los entornos laborales y residenciales, pasando por el envejecimiento de las infraestructuras, el estancamiento de los progresos relativos a la salud ambiental y el aumento de las desigualdades (de especial relevancia en Panamá).
Volviendo al documento del Consejo Ejecutivo, agrega la OMS que “la salud es pertinente para todos los Objetivos de la Agenda para el Desarrollo Sostenible, no solo el Objetivo 3, por lo que insta a los países a alcanzar beneficios sanitarios importantes procurando que la salud ocupe una posición más dominante en los programas relativos a poner fin al hambre, lograr la seguridad alimentaria y la mejora de la nutrición y promover la agricultura sostenible; a garantizar la disponibilidad y la gestión sostenible del agua y el saneamiento para todos; a garantizar el acceso a una energía asequible, segura, sostenible y moderna para todos; a promover el crecimiento económico sostenido, inclusivo y sostenible, el empleo pleno y productivo y el trabajo decente para todos; a lograr que las ciudades y los asentamientos humanos sean inclusivos, seguros, resilientes y sostenibles; a la producción y el consumo responsables; y a adoptar medidas urgentes para combatir el cambio climático y sus efectos”.
Para enfrentar estos desafíos del impacto del medio ambiente y cambio climático en la salud, y asegurarnos que el desarrollo mejore de manera activa y explícita las condiciones ambientales y sociales que dan origen y exponen a las poblaciones a la enfermedad, el Consejo de la Concertación Nacional para el Desarrollo, con el apoyo del PNUD, formuló recientemente el Plan Estratégico Nacional con Visión de Estado “Panamá 2030”, que nos ayudará a hacer realidad los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible adoptados por Panamá.
Dicho plan desarrolla en dos Ejes Estratégicos: “Buena vida para todos” y “Sostenibilidad ambiental”. Para Garantizar una vida sana y promover el bienestar para todos en todas las edades, el documento reconoce la necesidad de abordar simultáneamente las carencias históricas en materia de equidad de acceso real a servicios de salud oportunos y de calidad, la escasez de recursos humanos y financieros y los problemas de articulación de los sistemas. Para tal efecto propone estrategias e intervenciones para fortalecer las políticas sobre agua, saneamiento, ambiente saludable y educación y ampliar la cobertura integral de los servicios de salud, consolidando la unificación y homologación del sistema de salud para garantizar un acceso universal y de calidad para la salud, con especial énfasis en la salud preventiva y de atención primaria.
El mismo documento afirma que para alcanzar la Sostenibilidad Ambiental Panamá desarrollará políticas, estrategias e intervenciones dirigidas a: establecer un sistema de gestión ambiental de producción sostenible aplicado a todos los sectores económicos productivos del país; desarrollar una plataforma de producción de energía hidroeléctrica asequible, fiable y sostenible que integre el enfoque de manejo de cuencas y de caudal ambiental; garantizar la disponibilidad de agua potable de calidad y saneamiento básico a toda la población; aplicar con efectividad medidas de adaptación y las estrategias para la reducción de los efectos ambientales, sociales y económicos del cambio climático; desarrollar acciones de manejo integral de cuencas y de conservación de los ecosistemas y su biodiversidad; fomentar el ordenamiento territorial planificado y sostenible; garantizar la conservación de los recursos costeros y marinos mediante la aplicación de las normas y acuerdos nacionales e internacionales sobre la materia.
Nos corresponde a los ciudadanos conocer en detalle este valioso documento a fin de acompañar su desarrollo y vigilar con fundamento que las estrategias y objetivos allí propuestos sean la guía para el quehacer de los actuales gobernantes en los meses que les quedan, y para los que elijamos en 2019 y nos ayuden a mitigar el impacto del medio ambiente y cambio climático en la salud.