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Baja la velocidad si quieres llegarHace unos días, escuché a dos jóvenes haciendo planes para ir a carnavalear a Las Tablas y ambos manifestaron su molestia porque habrían muchos carros en la carretera y no podrían ir como a ellos les gusta, a más de 120 Km/hora, la que es una velocidad temeraria, manifestando indiferencia por la vida de los demás. Como estaban hablando bien alto me metí en la conversa y les dije que no corrieran porque podían accidentarse y no llegar a ningún lado. Uno de ellos me dijo: “lo que pasa es que ustedes las personas mayores son muy temerosas” (y no usó esa palabra). Luego de decirles que no era solo temor sino la experiencia vivida,  lo dejé ahí, pero consideré necesario compartir en esta entrega el capítulo sobre “Control de Velocidad”  de la publicación de la Organización Mundial de la Salud titulada “Salve Vidas-medidas técnicas sobre seguridad vial”, esperanzado en que nuestros jóvenes la lean, reflexionen y cuiden sus vidas en las carreteras…para que lleguen a viejos…

De acuerdo a la publicación de la Organización Mundial de la Salud titulada “Salve Vidas-medidas técnicas sobre seguridad vial”, “el exceso de velocidad es uno de los principales factores de riesgo de lesiones causadas por el tránsito, e influye tanto sobre el riesgo de accidente como sobre sus consecuencias. Cuanto mayor es la velocidad media de la circulación, mayor es también la probabilidad de que se produzcan accidentes. Por ejemplo, un aumento de 1 km/h en la velocidad media de los vehículos conlleva un aumento del 3% en la incidencia de accidentes con resultado de lesiones, y un incremento del 4% o 5% en la incidencia de accidentes mortales. Cuanto mayor es la velocidad, mayor es la distancia de detención que se necesita, y por tanto mayor el riesgo de que se produzcan accidentes de tránsito. Tal como se muestra en la siguiente figura, si se circula a una velocidad de 80 km/h por una vía seca, se necesitan cerca de 22 metros (la distancia que se recorre durante un tiempo de reacción de 1 segundo aproximadamente) para reaccionar ante cualquier incidente que se produzca, y un total de 57 metros para detenerse completamente. Los hombres jóvenes son más propensos al exceso de velocidad, aunque hay otros factores que influyen, como el alcohol, la configuración de la vía, la densidad del tránsito y las condiciones meteorológicas”.

Baja la velocidad si quieres llegar

Es decir, mientras más rápido vas, menos chance tienes de frenar a tiempo y más chance tienes de estrellarte y matarte, ¡tú decides panameño!

En nuestro país, como es conocido pero no hacemos lo suficiente para evitarlo, cada año, de acuerdo al Instituto Nacional de Estadística y Censo ocurren más de 16,000 accidentes; cerca de 15,000 personas salen heridas y más de 400 fallecen en las vías; con el sufrimiento y pérdidas económicas que esta situación conlleva. A propósito de las fiestas que se aproximan, el INEC también nos informa que el año pasado el 35% (141 personas) de las muertes por accidentes de tránsito ocurrieron durante los meses de febrero, marzo y abril.

También nos informa el INEC que en el quinquenio de 2012 a 2016, el 53% de los conductores implicados en accidentes de tránsito fatales, tenían menos de 39 años. Una conclusión lógica que no niego, es que hay más conductores en este grupo de edad, otra, que tiene que ver con la conversación al inicio descrita, es que a nuestros jóvenes les gusta  la velocidad. En todo caso, es una invitación a reflexionar…

Baja la velocidad si quieres llegar

Necesitamos insistir sobre este problema de salud pública porque muchos conductores siguen conduciendo en forma desconsiderada y desordenada; a velocidad excesiva, bajo los efectos del alcohol; chateando e incumpliendo los reglamentos del tránsito; sin utilizar el cinturón de seguridad o el casco si van en una moto.

¿Qué podemos hacer?

La misma publicación de la OMS nos dice que los datos disponibles demuestran que las principales soluciones para controlar la velocidad consisten en promulgar y hacer cumplir leyes que limiten la velocidad, construir vías que moderen el tránsito o modificarlas con este fin, y exigir a los fabricantes de automóviles que introduzcan nuevas tecnologías para ayudar a los conductores a respetar los límites de velocidad. Veamos cada una con mayor detalle y reflexionamos sobre lo que podemos y debemos hacer, tanto la ciudadanía como las autoridades.

Promulgar y hacer cumplir leyes que establezcan límites de velocidad a escala nacional, local y urbana

Esta solución requiere establecer límites de velocidad apropiados y vigilar su cumplimiento en las vías de tránsito nacionales, urbanas y locales. La práctica actual es fijar el límite de velocidad de los vehículos en vías urbanas en 50 km/h como norma general y en 30 km/h en zonas residenciales y lugares donde un gran número de peatones y ciclistas comparten la vía con los vehículos. No obstante, hay que revisar periódicamente los límites de velocidad y comprobar que son seguros. Por otro lado, no solo es importante establecer los límites de velocidad sino informar de ellos a los conductores anunciando los límites legales y vigilando su cumplimiento.

Al establecer los límites de velocidad de los vehículos se deben tener en cuenta los siguientes factores:

  • el tipo y la combinación de usuarios de la vía;
  • la calidad de la infraestructura desde el punto de vista de la seguridad, en especial su capacidad de mitigar las consecuencias de errores humanos previsibles y crear de este modo unas condiciones de bajo riesgo para todos los usuarios de la vía;
  • la resistencia al impacto y la capacidad de prevenir colisiones del parque de vehículos; y
  • las diferentes funciones de la vía y la composición del tránsito.

 Las consecuencias de infringir los límites de velocidad deben formularse con claridad en la ley y/o los reglamentos. Pueden consistir, por ejemplo, en sanciones financieras, pérdida de puntos o la suspensión del permiso.

Es importante asegurarse de que las leyes que establecen los límites de velocidad se cumplen y que se imponen sanciones apropiadas a los conductores que las infrinjan. Las medidas dirigidas a vigilar el cumplimiento varían en función del contexto y pueden estar automatizadas o no. Los datos demuestran que los sistemas automatizados son los más eficaces para reducir la velocidad. Cabe incluir en esta categoría las cámaras de uso manual, tanto si son fijas como si son móviles, es decir, si están instaladas en vehículos policiales sin señales distintivas. La ley no debe contener disposiciones que limiten la capacidad de la policía para emplear esta clase de medidas eficaces para garantizar el cumplimiento.

Construir vías que moderen el tránsito o modificarlas con ese fin

Para apoyar el cumplimiento es importante que la vía de tránsito tenga un trazado « auto explicativo », que fomente y refuerce la velocidad deseada. En las zonas urbanas, las soluciones de diseño o ingeniería que cabe introducir en el diseño de las vías son concretamente rotondas, embudos, medidas de moderación del tránsito, badenes, chicanes y bandas sonoras, entre otras. A menudo estas medidas se refuerzan con límites de velocidad de 30 km/h, aunque pueden diseñarse para favorecer distintos niveles de velocidad, según convenga. Cada una de estas medidas puede ejecutarse como una intervención separada, aunque lo más habitual es ejecutarlas de forma conjunta en el marco de un plan de moderación del tránsito que abarca toda una zona o corredor. Las medidas adoptadas pueden ir desde unos cambios menores hasta modificaciones de calles o incluso de áreas enteras que impliquen importantes reconstrucciones. En entornos rurales y de vías rápidas urbanas, solo deben permitirse velocidades superiores cuando los bordes de las vías son seguros, existen medianas de separación, las intersecciones tienen un diseño adecuado y se separa a los usuarios en función de su velocidad, masa y dirección.

Exigir a los fabricantes de automóviles que introduzcan nuevas tecnologías

Las tecnologías de adaptación inteligente de la velocidad transmiten información al vehículo sobre los límites de velocidad para ayudar al conductor a tomar decisiones sobre cuál es la velocidad adecuada. La versión estándar utiliza un mapa de carreteras digital instalado en el vehículo en el que se han codificado los límites de velocidad, en combinación con un sistema de posicionamiento por satélite. Los niveles de intervención del sistema para controlar la velocidad del vehículo pueden ser los siguientes:

  • Consultivo: se informa al conductor del límite de velocidad y se le advierte cuando lo excede.
  • Voluntario: el sistema está conectado a los controles del vehículo pero el conductor puede desactivarlo si quiere y cuando quiere.
  • Obligatorio: el sistema no se puede desactivar.

 

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